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"Atila" Fernández no tuvo iguales en Antofagasta Portuario y la Selección

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Para ser justos, en materia de arqueros chilenos de todos los tiempos no sólo figuran el "Sapito" Livingstone y Roberto "Cóndor" Rojas, entre pocos, también uno que vistió la camiseta de Antofagasta Portuario en 1970 y 1971, como se denominaba en ese entonces el equipo de Deportes Antofagasta.

Quizá, muchos de mis coterráneos que leen estas líneas se acuerdan de Francisco Sebastián "Pancho" Fernández Barja, a no dudar el único gran portero nacional que exhibió una triple combinación difícil de hallar: líder, divertido dentro y fuera de la cancha y de elásticas tapadas cuando lo requerían delanteros como Osvaldo "Pata Bendita" Castro, quien nunca pudo hacerle un gol de distancia.

El 2 de febrero recién pasado, "Pancho" cumplió cuatro años de fallecido y hoy tendría 82 en este mundo. Sus cuatro hijos acudieron en Santiago al lugar donde reposan los restos de quien fue conocido como el "Loco Lindo" y después "Atila, Rey de los Unos" (más adelante sabremos el porqué).

Ahora contagia con su humor en el cielo junto a su bonita esposa Irene Encarnación Villalobos Movillo. Nietos y bisnietos están orgullosos, sin exteriorizarlo, del hombre cercano que propagó calidad y alegría. Sin embargo, no se le ha reconocido su verdadera dimensión en la historia del balompié nacional.

Miles de aficionados admiraron a "Pancho" por sus condiciones extraordinarias para dominar la pelota y por no renunciar a su forma particular de vivir, de brindar espectáculo, de encantar al público, pese a que en ocasiones fue criticado por ser auténtico, nunca fingido.

Antes de entrar de lleno a las anécdotas, es menester detallar que vistió las camisetas de la Selección Chilena, Unión Española (club de sus amores), Universidad Católica, Audax Italiano, Colo Colo, Magallanes, Green Cross de Temuco, La Serena, Deportes Aviación y Antofagasta Portuario, actual CDA.

Miembros de su familia que sienten cariño por Antofagasta y a los que conozco personalmente, me comentaron cosas inéditas de él y las complementaron con recortes de diarios y revistas.

En 1970, cuando él tenía 38 años (había nacido el 1 de enero de 1932 en Santiago) aún deleitaba a los hinchas. Desde el área grande salía con la pelota pegada a sus pies, eludía a uno o dos delanteros rivales para luego habilitar a un compañero en el Estadio Regional de Antofagasta.

Atajaba penales de forma espectacular, le bromeaba al árbitro de turno y lucía atuendos multicolores que rompían con las tradiciones.

Un día, jugando por Antofagasta Portuario, un delantero le envió una pelota a ras de piso. Cuando el público pensaba que la atraparía sin alardes a la entrada del área grande, la dejó pasar por entre sus piernas, giró y corrió para cogerla desesperado milésimas antes de cruzar la raya de sentencia.

Todo un espectáculo, toda una alegría. Sorprendía con su vitalidad y chispa.

Probablemente, si hubiese jugado por Barcelona o Real Madrid, sus entrenadores lo habrían llamado a terreno.

Alberto "Tito" Fouillioux, quien compartió la casaquilla de la UC con Fernández al inicio de la década de 1960, relató uno de los tantos hechos que hicieron conocido al Loco Lindo: "Con Pancho era imposible aburrirse".

En los comienzos del trabajo del entrenador Fernando Riera para el Mundial de 1962, que se coronó con un tercer lugar de la tricolor en nuestro país, Fernández fue seleccionado chileno e integró el plantel que viajó al Campeonato Sudamericano de 1959 en Buenos Aires.

"El cuerpo técnico -continúa Fouillioux- dispuso un partido de entrenamiento de los suplentes contra Boca Juniors en la Bombonera. Promediando el segundo tiempo, Chile ganaba 1 x 0. De pronto, un jugador de Boca controló la pelota y desde la media cancha remató al arco. Todos los rojos se dieron vuelta esperando la fácil contención de Pancho. Pero, ¡oh, sorpresa!, el arquero no estaba en el pórtico y el balón entró lentamente decretando el empate. Imagínense la reacción de Riera. Pancho se hallaba detrás del arco jugando una pichanga con unos pibes de los cuales recién se había hecho amigo".

Luego de aquéllo, Riera confirmó que no le gustaba la forma de ser de "Pancho", bueno para el peluseo, pero respetaba sus condiciones de excelente arquero y le dio una segunda oportunidad.

En septiembre de 1959 debutó en una Copa frente a Brasil en el Maracaná. La gran figura del partido fue Edson Arantes do Nascimento, "Pelé", quien anotó 4 de los 7 goles de su selección.

En esos 90 minutos, Fernández quedó ronco gritándole a sus defensas: ¡Otra vez viene el negrito pillín!

No contento, compró varias revistas en un kiosko de Río con el 10 en la tapa y se las dejó en los dormitorios a Raúl Sánchez y Sergio Navarro, entre otros.

Al día siguiente, en el desayuno los encaró: ¡A ese negrito pillín era al que tenían que marcar! Poco tiempo después llegó Misael Escutti al arco de la Selección Chilena y fue titular en el Mundial de 1962.

En 1966, Fernández cuidaba el arco de Green Cross y su equipo jugó contra la otrora Unión Soviética, incluido el ruso Lev Yashin, la "Araña Negra", considerado el mejor guardapalos de la historia.

Al final del partido, Yashin se acercó, le regaló sus guantes y expresó: "Eres el mejor arquero chileno que he conocido". Ese día exhibió toda la chispa y elasticidad de los que practican emociones y gustan a moros y cristianos.

A principios de la década del 60, Fernández, que por ese entonces tenía 28 años, protagonizaba duelos con Honorino Landa, uno de los más recordados jugadores de la Selección Chilena y que a la postre se convirtió en gran amigo.

"Pancho" usaba una tricota con la palabra Atila (porque, según él, era Rey de los Unos) y un jockey para protegerse del sol.

Honorino sabía que el gorro era la principal cábala del portero y cada vez que se enfrentaban venía la lucha por la posesión del jockey.

Un encuentro entre Unión Española y Universidad Católica se mantuvo empatado hasta los últimos minutos con el gorro en la cabeza de Fernández.

Casi al finalizar los 90, hubo un córner a favor de Unión. "Pancho" fue a buscar el balón con la seguridad de siempre; con una mano para atraparla y con la otra para sujetar el jockey. Era la última oportunidad para vulnerar la valla de la UC y justo cuando el arquero se elevaba, el "Nino" le bajó los pantalones.

Al verse descubierto, se olvidó de todo y Landa anidó el balón en la red con un certero cabezazo, recogió el gorrito y se lo dejó como preciado trofeo. El árbitro no se percató de la broma y validó el gol. Sin embargo, "Pancho" mantuvo su alegría de vivir, la misma que hoy pasea por los estadios celestiales.

Aparte de sus rarezas, era un notable arquero y por muchos años se dijo: "El día que se ponga serio, nadie le quita el arco de la selección", pero durante sus 22 años en este deporte siempre tuvo una valla para defender.

Un día ordenaron poner el 1 en la espalda y él lo estampó acostado o al revés. "Yo tenía -un estilo para jugar al arco. Salía dribleando rivales. En una ocasión, actuando por Universidad Católica, llegué más allá de la mitad de la cancha. También rechazaba de cabeza los balones".

En fin -agregó-, mis cosas fueron muy criticadas porque las entendieron mal, no comprendían la alegría del fútbol. Años después, cuando las hizo el argentino Gatti, lo llamaron genio".

En otra ocasión, expresó: "Cuando fui considerado el mejor número 1, quise graficar esa calificación y puse en la espalda de mi camiseta la inscripción Atila, Rey de los Unos, pero de la tribu de los arqueros, porque Atila fue el Rey de los Hunos, una tribu procedente de Asia que dominó Europa".

Sigue: "La gente se rió y nadie me castigó... total, yo vi en el fútbol una manera de expresar un arte y como los artistas son por esencia creativos, fue lógico que no me gustara tomar el fútbol como un asunto de vida o muerte. Si empezara de nuevo y aunque entiendo que el profesionalismo genera algunas obligaciones, haría exactamente lo mismo".

"Eres el mejor ar-quero chileno que he conocido. Te re-galo mis guantes en signo de amistad y admiración".

Lev Yashin (ruso)

Mejor meta de todos los tiempos

"En un amistoso Boca empató a la selección mientras Pancho Fernández jugaba con pibes detrás del arco".

Alberto "Tito" Fouillioux Excompañero en UC y selección