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Desde Palmira llegó cargada de nuevos sueños e ilusiones

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Adiela Paredes Pérez nació en Palmira, Valle del Cauca, Colombia. Llegó a Chile como muchos compatriotas, en busca de nuevos horizontes.

Con ella recorrimos su historia, llena de esfuerzos y sacrificios. Una historia donde quizás se retratan muchos otros colombianos, quienes también han hecho del sacrificio su vida cotidiana.

Su historia es muy particular. Los padres de Adiela fueron Saulo Paredes, quien falleció ya hace 23 años, a los 52. Él se desempeñaba como conductor de buses urbanos en Palmira.

Su madre, también fallecida hace 34 años, era modista. "Mis padres tuvieron una vida de mucho sacrificio, éramos tres hermanos, y yo soy la menor", precisó.

Al perder a sus dos progenitores bastante jovencita, Adiela tuvo que buscar rumbos, para criar primero a su hijo mayor, Jonathan, y luego, a su segundo hijo, Juan David.

Ambos, actualmente se encuentran en Canadá, junto a su padre, buscando también nuevas oportunidades de vida.

Le sobrevive su hermana Janeth, quien también labora como modista en Colombia.

Es una familia larga, porque tiene varios tíos y sobrinos, con quienes comparte muchas veces por el Facebook o comunicándose vía teléfono celular.

Una de las cosas que extraña Adiela Paredes es justamente la vida familiar en Palmira, donde se visitaban continuamente con su hermana y también con sus demás familiares, departiendo alegremente cada fin de semana.

Su infancia se desarrolló en medio de los suyos. Palmira es una ciudad del departamento del Valle del Cauca, localizada en la región sur y es conocida como "La Villa de las Palmas". La ciudad es centro de grandes ingenios azucareros y se ubica a 22 kms. de Cali, la capital.

Adiela habla emocionada de sus hijos, Jonathan (26) y Juan David (17 años). Actualmente viven en Canadá con su padre.

"Nos separamos hace muchos años cuando los niños estaban chiquitos, desde entonces yo empecé a criarlos, con mucho sacrificio. Trabajaba y los cuidaba, viviendo en una pieza, pero siempre pensando en ellos y con la ayuda de Dios pude salir adelante", relata.

Dice que con la ayuda de Dios pudo salir adelante. "Me siento orgullosa de mi misma y también de mis hijos porque fueron siempre enseñados como personas de bien", añadió.

"Tal como acá en Colombia hay que trabajar en lo que sea. Yo tuve la suerte de aprender, porque laboré en cocinerías y pollerías, por lo que sé hacer muchas comidas típicas, entre ellas, el pollo a la colombiana, las papas rellenas, el zancocho, y muchas más", dijo.

"La verdad de las cosas es que la situación económica en Colombia es bastante mala. Por eso que pensando y tomando en cuenta la opinión de familiares, un día tomé la decisión de venirme, alentada además por familiares que ya se encontraban en Santiago. Así fue como un día del mes de enero de 2011, me vine a este país hermoso. Primero, llegué a la capital donde trabajé en un restaurante por un año", conto emocionada.

Pero finalmente el destino la trajo a Antofagasta. Su pareja es antofagastino, por lo que un día le planteó la posibilidad de que se radicaran en la zona.

Ella accedió porque él tiene sus hijos acá, y desde entonces están en la ciudad.

A los pocos días de haber llegado, tuvo la posibilidad de entrar a trabajar a una lavandería industrial, donde está muy a gusto, y donde ha cosechado grandes amistades.

A su pareja lo conoció por internet, así él supo que ella venía a Chile y la fue a esperar al aeropuerto en Santiago. Pero ella se fue a vivir donde unos familiares.

"Nos veíamos de vez en cuando hasta que decidimos juntar nuestras vidas, y desde entonces estamos teniendo una relación armoniosa, donde los sentimientos priman por sobre cualquier otro tema. Para nosotros lo fundamental es la comunicación. Y por eso es que no hemos tenido problemas mayores", confidenció Adiela. Pero no conforme con trabajar en la lavandería industrial, junto a su pareja tuvieron la idea de emprender algo vinculado a lo gastronómico.

Fue así como surgió la idea de hacer las papas rellenas colombianas.

Empezaron a ofrecer el producto a través de las redes sociales, con amistades y familiares, excompañeros de estudio, y así, a través de pedidos que les hacen durante cada semana, les ha ido muy bien.

Tanto es así que están pensando en expandirse hacia otro público y con otros productos, también de la variada cocina colombiana. Los pedidos pueden hacerse con anticipación al 51326005, la entrega es a domicilio.

Confiesa sentirse muy a gusto en esta ciudad, la que reconoce como hermosa, y hasta ahora se ha hecho de muchas amistades, tanto en su trabajo como fuera de él.

Se reconoce como una persona apacible pero muy alegre, característica que por lo general demuestran los colombianos que vienen a buscar una nueva vida en el país.

Adiela Paredes de 49 años dice que fue un acierto tomar la decisión de venirse a Chile.

Es una colombiana, que como muchas, muestra su temple y lo que es su consigna mayor, el esfuerzo, ése que no le hace claudicar para trabajar en una lavandería y también en su propio hogar en un emprendimiento gastronómico que ha resultado muy interesante.

Sin lugar a dudas, la tenacidad ha sido su norte y es todo un ejemplo para decir que los inmigrantes no sólo vienen a turistear, ni a pasarlo bien, porque también son un aporte para el crecimiento de la ciudad y del país. Atrás quedó su tierra, ya que hoy vive feliz realizando todos sus sueños.