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Desierto herido

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No sólo las faenas mineras que modifican el paisaje en el norte de Chile; no sólo la vergonzosa e inaceptable negligencia de empresas que han destruido geoglifos milenarios al instalar sus torres de electricidad y ductos de gas; no sólo la emisión de nubes tóxicas de termoeléctricas y fundiciones cuya polución con el tiempo se posa en la tierra

No sólo el paso de vehículos todo terreno del rally Dakar por sectores desérticos vírgenes que, además de rayar a perpetuidad el terreno, espantan a especies animales autóctonas; no sólo todo eso -que es mucho- al parecer basta para herir a nuestro hermoso desierto, sino que, como si no fuera suficiente, algunos habitantes de Antofagasta se toman la molestia, el trabajo y el esfuerzo -literalmente sobre nuestras narices- de estropear y afear el entorno natural de la ciudad; me refiero a su hermoso "telón de fondo": sus cerros.

La perpetua presencia de este muro desértico que contiene a la ciudad entre sí y el borde costero debiera tener más consideración y respeto por los habitantes. ¿Acaso no es reprochable "profanar" dicha bella presencia desértica al escribir y/o dibujar en ella textos religiosos, candidaturas políticas, nombres de carreras universitarias, publicidad de radiotaxis, emblemas militares y de equipos de fútbol, etc.?

A todo ello hay que agregar la acción de ciertos iluminados al ocurrírseles instalar hace algunos años torres de electricidad a lo largo de gran parte de la extensión de este cordón de cerros, con la venia de las autoridades correspondientes de la época. ¿Era muy complicado instalar dichas torres cien metros más adentro con tal de no estropear el paisaje apreciable desde la ciudad?

"Entonces habría que borrar el ancla del cerro" podrá esgrimir más de alguno. No está mal algún símbolo decorativo -representativo de todos los de la ciudad- dibujado por allí, sobrio, atingente, al igual que sucedía con nuestra bandera nacional pintada en el cerro del mismo nombre, borrosa desde hace mucho.

Rafael Ramos Psijas

Las estrellas de "Los 33" invadieron La Moneda y desataron la fiesta

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Antonio Banderas le prometió a Mario Sepúlveda que va a engordar un poco para interpretarlo mejor. Juliette Binoche, todo encanto, llamó a gritar un "Chi chi chi..." que fue coreado por todo el mundo con entusiasmo. Así, distendida y llena de bromas, fue la visita que ayer hicieron a La Moneda las estrellas de "Los 33", la cinta que contará la historia vivida en el yacimiento San José en 2010.

Horas antes de la llegada de los mineros y los actores al palacio de Gobierno, cientos de personas se agolparon en la plaza de la Constitución, la mayoría mujeres, para ver de cerca a los famosos, especialmente los españoles Mario Casas y Antonio Banderas, quienes arrancaron gritos de entusiasmo.

La ceremonia estuvo marcada por la emoción, al recordar el dramatismo del accidente ocurrido el 5 de agosto de 2010 y el rescate de los trabajadores.

Fue cuando se hacía la foto oficial que la actriz francesa sorprendió y pidió corear al tradicional grito. La ganadora del Oscar, que en la cinta encarna a María Segovia, la "alcaldesa" del Campamento Esperanza, provocó los aplausos y carcajadas de los presentes en el salón Montt Varas.

"La historia que estamos contando con la mayor honestidad que podemos es mucho más grande y misteriosa de lo que parece a simple vista", dijo Antonio Banderas, quien encarna a Mario Sepúlveda, "Súper Mario". Agregó: "Estamos tratando de convertirnos en un espejo que refleje el valor de la vida en un mundo confuso y violento". El español habló en nombre de todo el elenco, en el que también figuran el brasileño Rodrigo Santoro, el irlandés Gabriel Byrne y los chilenos Alejandro Goic y Paulina García, la premiada protagonista de la cinta "Gloria".

Según Banderas, los 33 mineros "hicieron un servicio increíble" a Chile, porque "dejó a lo largo del mundo una imagen extraordinaria de unión y colaboración".

El Presidente Piñera comentó que "más allá del rescate, el país y el mundo entero asumió que esto era un homenaje, un canto a la vida. El milagro que se produjo abajo se reprodujo arriba, porque, como dijo Antonio Banderas, Chile es hoy un mejor país después del rescate".

Antonio Banderas bromeó con Mario Sepúlveda y dijo que está haciendo todo lo posible por engordar para parecerse a él.

"Tú, Mario, -dijo Banderas- me comentaste que has visto veinticinco veces 'La Máscara del Zorro'". Y agregó: "Es un héroe muy valiente, pero irreal. No existe. Tú y tus compañeros si existís", lo que desató estrepitosos aplausos.

Poco antes de irse, Piñera y Banderas se asomaron por un balcón del segundo piso de La Moneda. Luego, Sepúlveda y Banderas salieron juntos del palacio de Gobierno conversando muy felices. El minero dijo que se siente "muy bien (con Banderas), ya hemos estado juntos, pura buena onda".

Tras el acto, el elenco de "Los 33" y los mineros visitaron la Viña Santa Cruz, antes de partir a Copiapó para comenzar la filmación.