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Penas sustitutivas a la cárcel

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Tanto en el mundo jurídico penal como en otras ciencias sociales, se comparte la afirmación de que la delincuencia constituye un hecho social complejo y difícil de abordar, debido a la imposibilidad de identificar relaciones causales directas, que permitan su supresión, en tanto el fenómeno delictual es inherente a la vida societal. Tradicionalmente se señala que el delito, se vincula a la pobreza, desigualdad, desempleo, abuso de sustancias y salud mental, sin que pueda atribuirse a ninguna de ellas un impacto real y certero sobre sus causas. Lo anterior obliga a un abordaje con una mirada integradora, para que la imposición de la pena y las acciones de prevención y control, puedan jugar un rol clave en la disminución de la criminalidad. La respuesta tradicional al fenómeno delictual ha sido aplicar penas de cárcel, con la pretendida finalidad de hacer inofensivo al autor o neutralizar el peligro que encargan el sujeto. Sin reparar en las habilidades o herramientas con que el condenado cuente al momento de cumplir dicha pena de cárcel, por lo que así mirada la privación de libertad, en nada contribuye a re-socializar al individuo, generándose un perjuicio para él y su familia mediante la perdida de lazos afectivos y económicos, constituyéndose la cárcel en una fuente de contagio criminógeno y la propia privación de de libertad en un factor en sí mismo de reincidencia. Ante este panorama de descrédito de la penas privativas de libertad, surgen orientaciones político criminales que buscan el establecimiento sustitutos penales, (el servicio en beneficio de la comunidad, la reclusión parcial, la libertada vigilada, la remisión de la pena), que permitan una utilización más acotada y racional de las penas privativas de libertad para caso graves y en que la conducta del sujeto afecto bienes jurídicos de real valía, ( vida, integridad física y psíquica, la seguridad individual, la indemnidad sexual). Ante ello han tomado fuerza sanciones que no aparecen como reacciones punitivas tradicionales (cárcel) que afecta directamente a la libertad ambulatoria, sobre ellas las Reglas de Tokio (reglas mínimas de las Naciones Unidad sobre las Medidas No Privativas de Libertad) establecen directrices importantes de considerar, como: Fomentar una mayor participación de la comunidad en la gestión penal, la selección de una medida no privativa de libertad se debe basar en criterios que atienda al tipo y gravedad del delito, los antecedentes personales del condenado, esta penas no privativas de libertad jamás supondrán una experimentación médica o psicológica con el condenado , la dignidad del condenado sometido será protegido en todo momento.

Se viene la repartija de cargos con el cambio de gobierno y tenemos que encomendarnos al cielo para que los que vayan a ocupar esos puestos sean las personas idóneas porque, puede ser, que ocupe el cargo más importante de la Región alguna personas de escasas luces por ser amigo de, porque no hay otro que quiera asumir la responsabilidad o por cualquier otra razón. Ya se ha dado el caso en algunas ocasiones y en algunas partes del país.

Y no me parece que sea justo que alguien que tiene el manejo político y económico del destino de la ciudad y la región ande, por ejemplo, mezquinando los recursos porque le parece que "el que guarda siempre tiene". Los recursos que nos entrega el gobierno central ya son escasos para permitirnos un mayor avance y si encima tenemos que ahorrar para devolver lo que nos merecemos a Santiago, seguiremos mendigando por un poco de dignidad. El único ahorro que veo en este caso es el de neuronas que hizo Dios o la naturaleza, según lo que cada uno crea.

Y mi ruego al infinito para recibir gobernantes justos e inteligentes no es sólo porque las personas que sean designadas van a tener en sus manos el manejo de los pocoss recursos que recibiremos, escasos en relación al aporte que hacemos al país, sino porque los tontos no dejan de ser pillos y se acomodan como buenos delanteros para meternos goles ideológicos variables de acuerdo a la ocasión.

"No hay tonto que no sea pillo y sinvergüenza, en eso ocupan el par de células grises que tienen", decía mi abuelo materno, un huaso colchagüino de tomo y lomo. La historia política de nuestro país nos ha dado y sigue dando varios ejemplos. Así reflexiono mientras acompaño a mis sobrinos a hacerse tatuajes o piercings, si les da la gana, porque en respetar la individualidad de cada ser humano le sigo ganando a muchos.