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Ruidos molestos atormentan a vecinos de los locales nocturnos

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Son las 2.30 de la madrugada y el sonido de la bohemia antofagastina se hace sentir. Cientos de jóvenes disfrutan en bares y pubs, mientras algunos vecinos no pueden dormir por los ruidos molestos que se generan en este tipo de locales en la ciudad.

Luis Morales, de 92 años, es uno de los afectados. Vive en calle Angamos y sólo cuatro casas lo separan de un conocido pub. Confesó que los ruidos molestos son pan de cada día y ya no sabe qué hacer para solucionar esta dificultad.

"Ahora hay mucho más ruido en el sector y eso me parece muy mal. Ya no se puede dormir en este lugar", expresó.

La vecina Soila Rojas, que reside en calle Augusto D'Halmar, casi al llegar a avenida Angamos, contó que incluso debe medicarse para dormir. Sin las pastillas, asegura, es imposible conciliar el sueño.

"Cuando ellos (pub cercanos a su hogar) paran la música, a las 4.30 horas, ahí recién puedo dormir y sólo por unas horas, porque a las 7 ya estoy en pie", reclamó angustiada.

Álvaro López, vecino del Edificio General Lagos, ubicado justo al lado de un pub que posee una zona descubierta para los fumadores, explicó que el ruido llega directamente a su departamento debido al tipo de estructura del local.

"Es horrible el ruido, asqueroso (…) Yo duermo con tapones desechables para disminuirlo", manifestó.

El presidente de la junta de vecinos N°9 (sector Estadio Regional), Julio Sepúlveda, dijo estar preocupado por los ruidos molestos que invaden el sector, y más ahora que los bares y pubs modificaron su estructura para ofrecer zonas para los fumadores.

"Estos locales al sacar el techo logran cumplir con la Ley del Tabaco, pero también aumentan los decibeles (…) Como vecinos nos parece absolutamente negativo", aseveró.

Con la entrada en vigencia de la nueva Ley de Tabaco, en marzo pasado, quedó absolutamente prohibido fumar en espacios públicos cerrados, incluso aquellos que tenían extractores de aire y otras condiciones especiales.

La medida provocó una fuga de clientes, lo que llevó a los empresarios a buscar fórmulas para recuperar su clientela.

Una de ellas fue la eliminación de techumbres y la construcción de terrazas abiertas para recibir a los fumadores, que rápidamente comenzaron a regresar a los locales modificados.

El problema es que la falta de techos hace que las familias que viven en las inmediaciones de bares y pubs reciban todo el ruido que se genera en los locales, situación que lógicamente los tiene molestos y exigiendo soluciones que aún no se concretan.

Los vecinos reclaman que la modificación estructural de los locales nocturnos sólo los perjudica y aseguran que las autoridades poco fiscalizan.

David Orrego, quien también habita en el Edificio General Lagos, manifestó su molestia por el aumento de la contaminación acústica en las noches.

"Ellos (bares y pubs) sacaron el techo, salieron beneficiados porque llegó más gente y todo, pero nosotros ahora tenemos que soportar el ruido y la música", comentó.

Misma opinión tiene el presidente de la junta de vecinos del sector Augusto D'Halmar, Elías Martínez.

El dirigente anunció contactos con las autoridades para solicitar de manera urgente que se fiscalicen los ruidos molestos que producen los pubs.

Explicó que este tipo de controles deben realizarse con instrumentos (sonómetros), en los hogares de los afectados y en los horarios en que se produce el peak de ruidos.

De acuerdo a la normativa vigente, en la zona dos (para actividades de bares y pubs), está permitido un máximo de 50 decibeles en la noche y 60 decibeles diurnos.

Esto, considerando el sonido que se produce al interior del recinto con las puertas cerradas. En caso que la norma no se cumpla, los centros de entretención están expuestos a importantes multas de la Autoridad Sanitaria.

El máximo de decibeles permitidos se mide desde la perspectiva de un "receptor" externo al local, por ejemplo, una persona que va caminando por la vereda o las familias vecinas al local.

En Antofagasta los bares y pubs están desplegados principalmente en las calles José Miguel Carrera y Bernardo O'Higgins, en el sector del Parque Brasil. También los hay en avenidas Grecia, República de Croacia y Angamos.

El presidente regional del Colegio Médico, doctor Aliro Bolados, explicó que los ruidos molestos entran en la categoría de "contaminación ambiental" y pueden provocar dolor y alteraciones en los oídos, incluso la rotura del tímpano en casos extremos.

El profesional detalló que las personas que son sometidas constantemente a este tipo de ruidos molestos, pueden padecer estrés y alteraciones de carácter nervioso.

En esta línea, son los niños y adultos mayores los más vulnerables a la contaminación acústica, debido a la mayor intensidad con que sus organismos perciben el ruido.

"Si los niños están expuestos a una situación en la cual no pueden dormir durante las noches producto del ruido molesto, el efecto es mucho más intenso que el que se produce en el adulto", puntualizó el doctor Bolados.

En vista de estas circunstancias, la seremi de Salud (s), Pasme Seleme, anunció que sus funcionarios fiscalizarán los bares y pubs de la ciudad.

La personera dijo que la idea es controlar los ruidos molestos que se generan y que se intensifican por el hecho de no disponer de una cubierta que impida la salida del sonido, que en este caso es música mezclada con la conversación de las personas.

Si bien los vecinos plantean un incremento del nivel de contaminación acústica en los últimos meses, la autoridad de Salud informó que las denuncias por ruidos molestos no han aumentado.

"La cartera tomó los resguardos necesarios para evitar que se generen reclamos de este tipo. Como autoridad estamos permanentemente monitoreando la situación", puntualizó Pasme Seleme.

Según la Autoridad Sanitaria, el programa de fiscalizaciones se extenderá durante todo el periodo de vacaciones.

"Pero quiero recordar que el problema de ruidos molestos es una responsabilidad compartida con los municipios", agregó la personera, quien instó a realizar un trabajo conjunto en la materia.