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Hallan un centenar de discos censurados después del Golpe

sorpresa. En una bodega, detrás de chatarra y al interior de unos viejos estantes metálicos, personal de la radio Universidad de Antofagasta descubrió los vinilos. La mayoría contiene música de artistas proclives a la UP.
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Una de las primeras medidas de la periodista Catherine Urbina después de asumir como directora de radio Universidad de Antofagasta, fue ordenar y limpiar algunos espacios olvidados de las instalaciones.

La bodega de la emisora era la más compleja de asear, ya que contenía muchísimos cachureos y máquinas obsoletas. Una vez que ya se sacaron los desperdicios, la directora y un par de funcionarios de la radio pudieron acceder a unos viejos estantes metálicos con las puertas trabadas. Después de un forcejeo, lograron abrirlos. Dentro los esperaba una sorpresa: paquetes envueltos en papel craft con la frase "discos dados de baja" escrita con plumón.

Al abrir los paquetes, se encontraron con alrededor de 100 vinilos, la mayoría de artistas de los años "70 proclives a la Unidad Popular. Patricio Manns, Illapu, casi toda la familia Parra, figuran entre los discos que estuvieron a punto de perderse para siempre. A estos títulos se agregan varios de folclor boliviano, que probablemente también fueron "censurados" por la tendencia nacionalista del nuevo régimen.

Catherine Urbina explica que cuando descubrieron los paquetes pensaron que podía tratarse de discos rayados o rotos que serían dados de baja porque no servían, pero al revisarlos vieron que en realidad estaban en perfectas condiciones. Algunos incluso parecen nunca haber sido tocados. Además, como la mayoría se trata de artistas "de izquierda" y en algunas carátulas habían canciones tarjadas o con la palabra "no" al lado (por ejemplo, en la canción "No quiero ser militar" del dúo los Ponchos Rojos), parece claro que se trata de volúmenes rechazados por la censura posterior al golpe de Estado.

La directora de la radio explica que "lo más probable es que alguien prefirió ocultarlos antes de destruirlos, así permanecieron casi 40 años hasta que durante fines del año pasado los descubrimos y ahora lo damos a conocer públicamente. La idea es conservarlos pues son parte de nuestra historia y hay grupos de los que probablemente se tienen muy pocos registros".

Radio UTE

Durante el gobierno de la Unidad Popular, esta emisora se llamaba Radio de la Universidad Técnica del Estado (UTE) y después del golpe del 11 de septiembre de 1973, hubo trabajadores que fueron detenidos.

El controlador Juan Grusic, quien trabaja en la radio desde los inicios de este medio (1968) explica que dos locutores fueron apresados después del golpe, Germana Fernández y Julio Aren Cortés, quienes eran militantes del Partido Comunista.

Grusic agrega que el director de la época ordenó quemar toda la propaganda de la Unidad Popular, pero la mayoría de los discos se los llevó una persona -que ya no recuerda- para salvarlos de ser incinerados. Esos fardos encontrados en la radio serían una remesa de discos que no alcanzaron a ser sacados, pero que probablemente alguien escondió en la bodega o simplemente quedaron olvidados dentro de los estantes.

Los 100 nuevos discos volvieron a ser parte del inventario de la radio Universidad de Antofagasta, uniéndose a los más de 5 mil que mantenían anteriormente. Si alguien ocultó los vinilos, fue una valiente acción que ayudó a la conservación de un patrimonio musical histórico e importante para el país y la región.

A crear un mundo hermano

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Al cumplirse cuarenta años de historia, mil imágenes taladran mis ventanas de la conciencia. Historia que hoy emerge sólo para que caminemos juntos creando un mundo de oportunidades en que nadie del Chile nuestro, sobre sin destino y, desde la diversidad social, política, económica, todos tengan derecho a soñar y alcanzar la cima de sus propios sueños y el bienestar colectivo de la sociedad.

Era la mañana del 11 de septiembre de 1973, otrora el "Día del Profesor", en que, como cada año, Profesores y Carabineros disfrutaban de su encuentro futbolístico en el Estadio Municipal de Pedro de Valdivia. Más, al regreso del descanso, las expresiones de los integrantes del club de Carabineros, habían cambiado, en sus rostros brotaba un sentimiento de enemistad, y el zapato de fútbol, pareció transformarse en fusil.

Terminado el partido, noticias alarmantes desde la capital. En nuestro regreso al Colegio, presentíamos que nuestras voces se acallarían. Al día siguiente, 12 de septiembre de 1973, una voz estremeció el hogar de uno de los profesores futbolistas, que era dirigente, no político: presidente del Magisterio, director fundador del Liceo Industrial del Salitre e integrante de un conjunto vocal que cantaba canciones de Quilapayún y Víctor Jara, entre otras.

Era la voz de un Carabinero, uno de los mismos del día anterior en el partido de fútbol que, acompañado de fusileros, detuvo al profesor para ser trasladado a la Comisaría. Transcurridas unas horas, supimos que junto a él se había detenido al gerente de la Empresa Soquimich, al director de la Radio local y al presidente del Sindicato de Obreros.

Estos últimos fueron fusilados. La metralla no disparó al profesor. Milagrosamente portaba en su solapa la insignia del Club de Leones, a la que pertenecía el Comandante opresor.

"Hoy, dicho maestro, es testimonio de aquel ayer, y su voz de maestro y poeta se derrama por los salares del silencio, sin odios, sólo amor, en utopías de canto nuevo, en la construcción de un Chile hermano".