En San Felipe de 1875 ocurrió el primer intento para que las mujeres participaran en elecciones populares aludiendo a que la ley no indicaba el sexo del votante. Seis décadas más tarde se logra el derecho a elegir y ser electas como regidoras resultando elegidas 26 de 98 candidatas, entre quienes destaco a Alicia Cañas, primera alcaldesa en Chile y Sudamérica.
En 1949 se da derecho a voto a mujeres mayores de 21 años para elecciones parlamentarias y presidenciales de nuestro país. Producto de ello, dos años más tarde, tenemos a la primera diputada, la abogada y representante del partido radical, Inés Enríquez Frodden; un año después, la primera senadora y fundadora del partido Femenino de Chile, María de la Cruz Toledo.
Fueron casos puntuales, pero determinantes para seguir avanzando porque las mujeres de aquella época entendieron que las dimensiones estructurales generaban desigualdades que claramente nos tenían y nos tienen aún subrepresentadas en los espacios de toma de decisiones públicos y privados. Nos encontramos todavía evidentemente en desventaja, porque los roles socialmente asignados generan brechas que no permiten tomar en cuenta nuestras capacidades e intereses.
De ahí la importancia del rol del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género, a fin de empoderar y capacitarlas brindando las herramientas necesarias para insertarlas en todos los ámbitos de participación y desarrollo social y junto a ello potenciar sus liderazgos.
Los avances logrados no vinieron precisamente en reconocimiento a nuestras capacidades, sino que a través de normativas que obligaron a los hombres a ceder espacios de representación, como fue la promulgación de la Ley de Cuotas que incidió en las elecciones parlamentarias de 2017. Esta ley nos permitió avanzar, aunque no a la velocidad que quisiéramos: hoy sólo representamos el 23% en el Congreso. Nueva Zelanda posee un 47% de mujeres en sus escaños.
De un total de 345 comunas, nuestro país cuenta con sólo 41 alcaldesas. Aún quedan grandes desafíos que nos impelen a continuar desarrollando políticas, planes y programas que abran mayores oportunidades de participación y representatividad para las mujeres. De ahí que nuestro gobierno respaldara la moción parlamentaria que incentiva mediante cuotas la presentación de candidatas para el Concejo Municipal y Consejo Regional, de tal manera de aportar al cambio que requerimos para alcanzar una sociedad más igualitaria entre mujeres y hombres.
Claudia Meneses Oliva
Directora regional SernamEG