Guido Rojas Olave
Comenzó su carrera tocando oboe en el Liceo Experimental Artístico. Posteriormente, realizó sus estudios en la Escuela de Arte de la Universidad de Chile para dedicarse, desde finales de octubre del 2005, como director de la Orquesta Sinfónica de Antofagasta.
Christian Baeza, con su tradicional e impecable atuendo formal nos entregó detalles sobre la nueva de temporada de conciertos 2019 que contará con la participación de directores internacionales.
Pero además, nos otorgó un breve análisis de la industria musical actual, el trap, y los fenómenos culturales insertos en las nuevas generaciones.
Altas exigencias
¿Cuáles son sus expectativas para la temporada de conciertos 2019 de la Orquesta Sinfónica de Antofagasta?
-Siempre son altas. La música clásica es de mucha exigencia porque uno tiene que estar siempre tocando y nunca dejar de practicar y estudiar. Entonces es natural que cada vez nosotros nos pongamos exigencias más altas. Si tú ves los programas te vas dando cuenta que las obras a medida que vayamos avanzando temporada tras temporada, van a ir creciendo, entonces, eso nos deja muy tranquilos. No quiero decir que lo hagamos a la perfección pero podemos abordar repertorios que han sido difíciles para nosotros.
¿Cuáles son los desafíos de este año para la Orquesta Sinfónica de Antofagasta?
-Nuestros desafíos sonsiempre ser un poco más, aprender y superarnos, nos queda mucho camino por recorrer. Somos unos artistas en términos de calidad artística relativamente nuevos, entonces nos queda mucho todavía, pero para eso trabajamos y poder llegar a obras de alta calidad. Este año vamos a presentar los "Cuadros de una exposición" de Mussorgsky el "Bolero" de Ravel y la "Novena Sinfonía" de Beethoven que son obras de muchísima exigencia.
¿Cuál es el nivel de los artistas que integran la orquesta?
-La orquesta siempre se ha mantenido con una nómina de artistas que no ha variado mucho en el tiempo, pero últimamente hemos crecido gracias a los concursos. Hemos tenido la posibilidad gracias a la Municipalidad y la Corporación Cultural de incorporar los integrantes, y también favorecidos por la migración de venezolanos que la mayoría son músicos; así que hemos crecido con integrantes jóvenes y que nos han ayudado mucho porque son de alta calidad de interpretación.
En ese caso, ¿hay músicos de calidad en Antofagasta?
-Talento hay en todos lados. Músicos antofagastinos por supuesto que hay de gran calidad.
Hay mucho talento joven que se hace esta pregunta, ¿se puede vivir de la música?
- Claramente, si bien no hay muchas orquestas en Chile, se da la posibilidad de organizar pequeños grupos con menos integrantes con ayuda de los proyectos.
En Chile se puede y tenemos también instituciones formadoras de gran calidad, como por ejemplo la Universidad de Chile o Universidad de La Serena. Cuando yo salí, la oferta de músicos chilenos tenía una buena demanda.
Música popular
El maestro también se dio el tiempo para hablar de la música popular, pero su opinión no es muy positiva.
¿Qué le pareció el Festival de Viña del Mar en términos musicales?
-(Suspira) Yo creo que el Festival de Viña es más un tema visual que musical. Yo creo que aquí se dejó un poco de lado el objetivo del festival que era la canción o la competencia que prácticamente lo dejan al medio como un relleno.
El plato fuerte son artistas internacionales que son de alta calidad sin dudas, pero se vuelve a tener a dos solamente por jornada, en comparación de otros años en que la parrilla de artistas que era muchísimo más grande y podía tener más variedad y eso implicaba más cantantes.
¿Qué le parece el genero "trap"?
-(Risas) Particularmente y musicalmente para mí es un poco estático, no me hace ni subir ni bajar, por lo que siempre se mantiene en una sola línea. En lo que no estoy muy de acuerdo es en la temática de las letras, son demasiado agresivas. Pero esto es una cuestión de moda y en la música y las artes es subjetivo. Hay gente que le gusta y gente que no.
¿Cómo ve la industria de la música a nivel global hoy?
-Pobre. Se dedica a un sólo estilo y hay demasiada diversidad de música. Lamentablemente el latin jazz, el jazz o la música latina está siempre por detrás de esto. El mercado se limitó al trap que está muy marcado, incluso creo que muy por debajo de la música tropical, que en su tiempo estuvo muy de moda también.
En Chile también ha cambiado mucho la industria, ¿qué podemos rescatar?
-No mucho, en Chile la producción musical tampoco es muy arriesgada con los artistas nacionales, si tú te das cuenta, esta muchacha Mon Laferte tuvo que salir a México para poder tener un plan de medios que le permitiera a ella posicionarse en el público, ya que aquí en Chile no ocurrió nunca.
Entonces es muy difícil, imagínate tú para la música clásica que está en el último lugar en escala del mercadeo. Insisto, es subjetiva, hay gente que le gusta y en algún momento se logra tener ayuda de esta gente. Por ahí sacamos grabaciones, que es lo difícil de difundir la música clásica.
"Este año vamos a presentar los "Cuadros de una Exposición" de Mussorgsky el 'Bolero' de Ravel y la 'Novena Sinfonía' de Beethoven, obras de mucha exigencia". "El mercado se limitó al trap que está muy marcado, incluso creo que muy por debajo de la música tropical que en su tiempo estuvo muy de moda también"."