"No sabía, sino, no hubiera llegado ahí", bromeó Patricia Roa al ser consultada si sopesó lo que significaría ser vecina del vertedero La Chimba cuando llegó a vivir al sector en 2013.
Los vecinos de la zona aledaña al basural municipal llevan años a la espera que lo cierren. Sin embargo, luego de declaraciones cruzadas entre el Gobierno Regional y el municipio, los camiones siguen entrando al lugar.
Mientras, la comunidad residente en el sector sigue padeciendo una serie de desagradables externalidades.
El olor se impregna
Alejandra Magno llegó a Antofagasta desde Calama hace 5 años. Por problemas de salud, su médico le recomendó vivir en una zona costera, donde la calidad del aire le haría mejor.
"Nadie me dijo que acá se vivía otra realidad", dice. Magno recuerda que las quemas de basura eran algo constante. Día y noche.
Y pese a que la frecuencia ha disminuido, sostienen que al menos una vez a la semana estos episodios se vuelven a repetir.
Llegaba un horario en que Roa -su vecina- debía cerrar las ventanas. Un ritual diario que comenzaba todos los días a las 17 horas. "A veces me olvidaba. A las 19 horas era horrible", recuerda Roa.
En una cena con familia o visitas, el olor estaba ahí. La vecina dice que es simplemente insoportable. "Se pasa la casa completa. Las cortinas, ropa. Todo mal", dice.
Roa lavaba su ropa. La colgaba y la retiraba. Pero el hedor estaba impregnado. "Cuesta sacar el olor de la ropa. Cuando la sacaba y la iba a usar, muchas veces debía echarla a lavar otra vez", añade.
"Uno termina acostumbrándose. El olor seguía igual", dice.
Esto -aseguran los vecinos- les provocaba dolores de cabeza, náuseas y hasta vómitos, sobre todo a los adultos mayores y menores de edad.
"Lo que más se siente es el humo. Queda como en suspensión, durante toda la mañana en el sector. Hubo un tiempo en que se levantaban protestas en los colegios aledaños", dice Sebastián Rojas.
Aun cuando vive a tres kilómetros del vertedero, el hedor producto de las quemas de residuos llega hasta su hogar.
Rojas comenta que "en la noche, si uno se fijaba solo un poco, podía notar como comenzaban las quemas, porque empezaba a salir humo".
Magno concuerda con este testimonio. Asegura que desde el quinto piso de su edificio, podía ver grandes focos de incendio en el vertedero.
Los vecinos enfatizan que en esas horas, era común escuchar el ruido de las sirenas de los bomberos. "En su tiempo, los bomberos salían prácticamente por las quemas que se hacían en esta zona", recuerda Rojas.
A las 2 de la madrugada, recuerda el vecino Diego Villagrán, empiezan los olores a basura y plástico quemado.
Insectos
Y los antofagastinos que viven por aquel sector, también deben convivir con distintos tipos de plagas.
En verano, producto del calor, los insectos comienzan a invadir las casas. Las moscas, sobre todo, formaban parte de esa estación.
"Tenemos ratones en la casa. Mi perro pasa cazando ratones. Igual que las moscas. Da lo mismo si mantienes limpio, siempre están", se quejó Villagrán, que vive a dos kilómetros del vertedero.
"En los condominios se fumiga constantemente", explica Magno.
Protestas
Los vecinos comenzaron a movilizarse, con la propaganda titulada "No Más Quemas".
Colegios y vecinos del sector comenzaron a manifestarse, durante años, para detener las quemas ilegales.
Por esto, la alcaldesa Karen Rojo les mostró un proyecto para mejorar la calidad de vida a la comunidad, recuerda Magno, quien participó en las manifestaciones junto a Roa.
"Nos interesaba el tema que lo cerraran (el vertedero) y así terminar con las quemas", dice Magno.
En su momento, el vertedero La Chimba se encontraba a las afueras de la ciudad. Pero el crecimiento de Antofagasta llegó. Hoy, el basural se encuentra al medio de un sector residencial y a ese lugar llega toda la basura de la comuna.
Y aun cuando se asegura que Chaqueta Blanca está listo para entrar en funcionamiento, se encuentra entrampado en dos permisos administrativos del municipio.
Los vecinos afirman que las quemas han disminuido durante los años, aunque aun se dan. A la espera del Relleno Sanitario, solo queda colocar el punto final: el cierre el vertedero La Chimba.
"Durante la noche, hace unos años era frecuente que camiones de bomberos acudieran al sector para apagar las quemas ilegales. Muchas veces, dejaron damnificados en las casas que estaban más cercanas. Los vecinos aseguran que se podía ver el humo salir del vertedero La Chimba, el cual quedaba en suspensión hasta la mañana siguiente. Plagas de insectos y ratones Según cuentan los vecinos, las comunidades de condominios cercanos al basurero municipal fumigan constantemente, producto de una alta cantidad de insectos y ratones que bajan desde el vertedero. Gente que vive a dos kilómetros del vertedero, cuenta que los ratones llegan a sus casas. En verano, las moscas invaden los hogares. Pero el vertedero no está solo en este sector. Un centenar de basurales y micro vertederos se van acumulando a su alrededor. Líneas del tren y pasajes son solo algunos de los lugares donde se puede encontrar cualquier tipo de basura y escombros. Por ejemplo, es posible encontrar cocinas, muebles viejos, libros y distintos tipos de vestimentas. Quemas ilegales Basureros aledaños"
$90 millones es el costo que podrían alcanzar las infracciones que anunció el intendente Marco Antonio Díaz, en busca de cerrar el vertedero y empezar el funcionamiento de Chaqueta Blanca.
20 años de servicio tendrá el relleno sanitario Chaqueta Blanca. Tiene una superficie de 112 de hectáreas y está a 6 kilómetros de Antofagasta.