Francisca Sánchez, acompañamé
Una frase, un llamado. Marcando la última vocal, como hacemos tantas veces los hispanoamericanos para enfatizar una expresión, por ejemplo: "callaté", "cortalá". En este caso, "acompañamé" es el llamado de un alma que necesita y clama por apoyo, presencia, amor… Frase simple que deja de serlo cuando la encontramos en un muy sentido llamado a la mujer amada: "Ajena al dolo y al sentir artero/llena de la ilusión que da la fe/
lazarillo de Dios en mi sendero/Francisca Sánchez, acompañamé"…
La española Francisca Sánchez del Pozo fue la fiel compañera del poeta, periodista y diplomático Nicaragüense Rubén Darío durante diecisiete años aproximadamente. "Francisca, tú has venido/en la hora segura", diría el poeta expresando su agradecimiento y su necesidad de ese amor. La unión duró diecisiete años y solo la muerte pudo separarlos. Vivieron juntos en España y en otros lugares. Se cuenta que ella fue su musa, que a su lado escribió obras como 'Cantos de vida y esperanza'. Además, Francisca pasaba las noches en vela cosiendo junto a su compañero para que a él no lo venciera el cansancio o se le fuera la inspiración. Como mujer, se estima que fue una adelantada en varios sentidos, especialmente en el hecho de vivir, en esa época, sin tapujos, como si fuese la legítima esposa, con un hombre que no era libre.
"¡Franca, cristalina, alma sororal, entre la neblina, de mi dolor y de mi mal!" o: "Francisca, sé una flor y mi vida perfuma,/ hecha toda de amor y de dolor y espuma..."
Después de la muerte de Rubén, Francisca volvió a casarse. Lo insólito y conmovedor es que su segundo marido colaboró con ella en la protección de la obra de Darío, que ella había guardado durante 40 años: trabajos literarios, cartas y objetos personales. Incluso la acompañó a Nicaragua para visitar su tumba.
En algún lugar secreto que no conocemos, quizás Rubén Darío aún ruega:
"Seguramente Dios te ha conducido/ para regar el árbol de mi fe;/
hacia la fuente de noche y de olvido, / Francisca Sánchez, acompañamé"…
N. de R. Homenaje a los 152 años del nacimiento de Rubén Darío.
Cecilia Castillo, académica UNAP Iquique, escritora.