Adiós a otro año
"Si pudiésemos hacer un balance de lo vivido, cuántas acciones cambiaríamos, cuántos momentos reviviríamos".
Se va otro año de nuestra vida, con grandes logros, fracasos, alegrías y también profundas penas; son los componentes, querámoslo o no, del existir. Quisiéramos detener el paso del tiempo; algo imposible. La vida sigue su paso inexorablemente dejando sus indelebles marcas, ojalá sean bellas huellas en nuestro ser y también para las personas que conviven a diario con nosotros.
Se nos hace difícil entender que nada es para siempre, cuando insistimos en lo muy valioso de aprovechar el tiempo; "Carpe Diem"; algunos nos toman por exagerados, sin embargo, compartir en familia, entre amigos; joyas invaluables en esta "locomotora llamada vida". Vivir siempre en unión es sin duda, más saludable, llegar a consensos nos hace vivir mejor, practicar la solidaridad y la tolerancia, nos hace más humanos, saber perdonar nos engrandece, ser humildes nos hace más nobles. Decimos adiós al 2018, ¿Y cuánto de esto habremos realmente ejercitado este año que se marcha? ¿Mucho, poco o quizás nada? Cada uno debiéramos hacernos una reflexión al finalizar un ciclo y en nuestro interior realizar un balance de "los más y de los menos", procurando que el próximo año "los más" sean los que marquen nuestras vidas.
Nunca debemos afirmar que todo tiempo pasado fue mejor, debemos hacer nuestra la premisa que todo tiempo es y será como nosotros mismos nos propongamos que este sea.
Hay una cosa de la que yo estoy seguro; que sólo salvaremos nuestras vidas y el temor al paso de los años, amando sin medida; no clasificando tanto las acciones de los demás, dejando de lado los egoísmos y ocupándonos de dar una mano a quienes más lo necesiten de nosotros, ya que los únicos trozos de nuestra existencia que quedarán vivos para siempre en la memoria de nuestros cercanos, serán aquellos en que nos ocupamos honestamente de los demás, en querer y ayudar a todos en relación a nuestras capacidades. Debemos entender que cada día es empezar de nuevo, que nuestra recompensa con el paso de los años se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Pensar así, nos saca de nuestro corazón cualquier sinsabor, recordar siempre que: "al final de nuestros días, seremos medidos en el amor".
Si pudiésemos hacer un balance de lo vivido, cuántas acciones cambiaríamos, cuántos momentos reviviríamos, cuántos borraríamos, cuántos reviviríamos, pero la vida es pasar; cada instante vivido nos hizo crecer y avanzar a la plenitud del ser. En más de una ocasión les he mencionado, mis estimados lectores, que nada es azar en esta vida.
Anhelamos para este nuevo Año, sin duda humanizarnos con urgencia, valorar lo esencial del diario vivir. Nunca olvidarnos que "la vida se vive tan sólo un momento…" No hay vuelta atrás.
¡Feliz Año Nuevo!
Martín Bretón Olmos
Magister en Política Educacional