El problema derivado de las bajas pensiones es, sin duda, una de las principales preocupaciones del país. El asunto puede convertirse en un problema político que termine amenazando la paz social.
Como suele ocurrir en estos casos, apenas una de las pocas coincidencias es que la crisis -no es exagerado llamarla así- es bastante severa e irá en incremento conforme la población envejece.
Ante ello, el gobierno está afinando algunas transformaciones al sistema. No hay un fin de las AFP, no hay modelo de reparto, ni nada de las exigencias en las que ha insistido el movimiento "No + AFP".
De lo poco que se ha conocido es que la tasa de cotización subirá de 10 a 14% en un período de ocho años, es decir, un 40% más, aunque todavía está lejos del promedio de la OCDE, de un 18%. Esta es una obviedad enorme: El sistema está construido sobre la capitalización individual, de modo que es la persona la principal responsable.
Pero se entiende que el mercado laboral chileno aún es débil y no solo por los bajos salarios, también por los mecanismos de protección que el Estado ha construido para quienes pierden su fuente de empleo. Ahora se ha sabido que habrá un seguro para las lagunas previsionales, iniciativa que será financiada con el Fondo Solidario de Cesantía.
Además, el proyecto permitirá que entren más actores al sistema para administrar los fondos previsionales, tales como cajas de compensación o aseguradoras. Sin embargo, podrán ingresar cumpliendo las mismas condiciones que actualmente tienen las AFP, como el giro único.
Bajar las comisiones es otro aspecto, aunque no es sustantivo respecto del resultado final: la pensión.
En resumen, habrá cambios, pero están lejos de ser sustantivos, salvo el aumento de cotización.
Hace poco se conocieron detalles del estudio Melbourne Mercer Global Pension Index, que posicionó al sistema de pensiones chileno en el octavo lugar del mundo. Para muchos puede ser una burla, o un resultado insólito. Pero es más o menos así. Este no es un sistema perfecto, tampoco es un desastre, aunque tal conclusión de poco sirve hoy a los pensionados.