Antofagasta ciudad justa
"Una ciudad justa que... fomente la vida en comunidad. No que esconde a los más pobres".
Un tema que se hizo nacional por las declaraciones de alcaldes en Santiago y Las Condes fue dónde se construyen las viviendas sociales, realidad que toca a nuestra comuna y región.
¿Qué es ser una ciudad justa para Calama, Tocopilla o Antofagasta? ¿Cómo ha sido el proceso de crecimiento... Integrado? ¿Respetuoso? ¿Ha generado oportunidades? A primeras luces pareciera ser que no, una reclamación que la ciudadanía efectúa a cada gobierno y administración local, que no logra solución.
Pareciera ser que la planificación de nuestras ciudades está destinada a escuchar muchas voces, menos la de los más vulnerables en cuánto sus condiciones de habitabilidad, calidad de edificios, espacios públicos e impacto en la calidad de vida de nuestros niños y adultos mayores.
Para superar la brecha de la pobreza está claro que cómo concebir nuestros territorios es clave, el urbanismo, la ciudad y su desarrollo son temas fundamentales. En Chile más del 80% de las personas vive en ciudades; tocar el tema del tejido social como la segregación espacial, seguridad, distancias que se recorren y accesos a servicios, es una dicotomía abismante.
Una ciudad justa no sólo apunta a tener planos reguladores integrados donde la ciudadanía sea elemento esencial en cómo desea su ciudad, sino qué lugar les corresponde a ellos en ese espacio, donde aparezca el concepto barrio, desarrollo inmobiliario y sistemas de transporte eficientes. Si no, nos enfrentamos a ciudades que crecen en lo espacial, y la concentración de servicios y trámites se remite al casco histórico de la misma.
La Antofagasta que tenemos derecho a soñar va mucho más lejos que eso, queremos que sea un ciudad que no solo crezca con grandes edificios que pueden pagar quienes trabajan en minería, sino que sea un espacio donde haya dignidad e integración con los más desposeídos, integrando y generando el sentido de pertenencia.
La ciudad que soñamos va mucho más allá. La queremos como un lugar de encuentro, de dignidad. Ello requiere de políticas públicas urbanas entendidas como una manera concreta para generar espacios de inclusión, invirtiendo en los sectores más postergados para ampliar sus espacios de libertad. Invertir en ciudad es una ruta a la igualdad ciudadana, al desarrollo de las personas y a un sentido de pertenencia. De eso se trata una ciudad justa que invierta en espacios públicos de calidad, que fomente la vida en comunidad. No que esconde a los más pobres.
Irina Salgado
Magister en Gerencia Pública