El desarrollo
Los éxitos conseguidos hasta hoy se explican en una forma de hacer las cosas y las ventajas naturales. Para saltar a más, se requiere hacer algo diferente. The Economist resume todo así: "Por lo tanto, el sueño de Chile de convertirse en una economía desarrollada parece difícil de alcanzar. Su mayor desafío es evitar caer en la trampa del ingreso medio".
"Alejando a Chile de la trampa de los ingresos medios", se llama el texto de la revista británica The Economist donde analiza el futuro económico chileno, dando cuenta de que hay mejores perspectivas, pero estamos todavía lejos de buenas performances en este ámbito.
Así, por ejemplo, se detallan una serie de indicadores con indicadores bajo el potencial: el bajo crecimiento (en torno al 3%); las rebajas crediticias que realizaron las agencias de clasificación; el envejecimiento de la población que reducirá la fuerza de trabajo y la productividad que se mantiene "baja y estancada", entre otro alcances.
The Economist resume todo con el siguiente juicio: "Por lo tanto, el sueño de Chile de convertirse en una economía completamente desarrollada parece difícil de alcanzar. Su mayor desafío es evitar caer en la trampa del ingreso medio".
Podremos tener distintos grados de acuerdo con lo planteado, pero no cabe duda de que el país necesita hacer algo más si quiere plantearse en serio el desafío de alcanzar el desarrollo.
La lógica podría ser la siguiente: El ingreso promedio laboral alcanzó los $554 mil mensuales en 2017, un margen que, salvo años específicos, ha crecido en las últimas décadas, lo mismo que la población estudiantil, las prestaciones de salud, las carreteras y caminos pavimentados, es decir, la riqueza del país.
¿Qué ha posibilitado este resultado? Una combinación de desarrollos económicos y políticos. Por ejemplo, Chile apostó por las exportaciones y el comercio libre, dio curso al avance del sector privado en los medios de producción y ha mejorado el poder de trabajadores y el cuidado del medioambiente.
¿Pero todo esto es suficiente para seguir avanzando?
La discusión es compleja y más si no lo tenemos como meta y menos un plan para ello.
Al final, puede ser que solo los ejemplos sean más útiles y entonces preguntémonos qué podemos hacer con ingresos de $554 mil mensuales. Por cierto mucho más que los casi $200 mil de inicios de los 90, pero menos que con 750 mil, o un millón.
¿Qué debemos corregir y desarrollar para conseguir ese objetivo? Entre tanta demanda y oferta ramplona de la clase política, también podríamos discutir algo de esto.