Extranjeros celebran la "intensidad" con que chilenos festejan el dieciocho
ANIVERSARIO. Muchos días feriados, harta comida y bebida es lo que más llama la atención de las Fiestas Patrias a los inmigrantes residentes en Antofagasta.
En un local de venta de verduras y abarrotes del Mercado Municipal, ya adornado con motivos dieciocheros, sus locatarios extranjeros cuentan que celebran la fecha a modo que ya se sienten parte de Chile.
Pero la cosa no solo se limita a la ornamentación con las clásicas bandas tricolores. Algunos de los comerciantes visten la camiseta de la "Roja" y otros incluso, tienen un collage de imágenes con próceres de la patria, entre los cuales llama la atención un recorte de Arturo Prat, que si bien no corresponde en época de la emancipación chilena, igual está presente en el grupo.
Pero la imprecisión parece mínima ante el entusiasmo que viven no solo aquellos locatarios, sino la mayoría de los que trabajan en el Mercado Municipal, quienes siendo en su mayoría extranjeros (principalmente peruanos, bolivianos y colombianos), visten trajes típicos y suben el volumen a las cuecas.
"Acá son muy amantes de su patria. Cuando recién llegué a Antofagasta, que fue a principios de septiembre del 2015, recuerdo que la actividad comercial era muy alta todos los días de ese mes. Se vendía mucha carne, pollo y alcohol. Pero abruptamente eso bajó ya en octubre. Ahí me di cuenta que las ventas respondían a lo que llaman las fiestas dieciocheras", dijo un locatario del mercado, de origen boliviano.
Impresiones
Pero la mayoría de ellos coinciden en un punto. En Chile, las Fiestas Patrias suponen una semana de frenesí carnavalesco que poco se asemeja a las festividades de otras naciones.
Extranjeros de diferentes latitudes que llevan años residiendo en el país dicen que para Chile, estas celebraciones llegan a adquirir una importancia casi religiosa, y la comida y la bebida toman un cariz sagrado.
"En Colombia por lo general las celebraciones suponen una jornada de reunión familiar, en la cual se comparte y se hacen pequeñas actividades. Pero acá pareciera que se paraliza el país. Además no les basta con un solo día de celebración, sino que es casi una semana completa", cuenta Harry Montaño, originario de Colombia.
Integración
Al respecto, la ciudadana polaca Dagmara Wyskiel, quien hace 17 años reside en Chile cuenta que una de las cosas que rescata de las celebraciones nacionales es que éstas, con el paso del tiempo se han vuelto más receptivas con los extranjeros, haciéndolos parte también de las celebraciones.
"Particularmente me llama la atención lo que se da en los establecimientos educacionales, en los cuales las fiestas celebradas anteriormente eran conservadoras y clásicas, una fiesta de chilenidad que hoy en día no solamente responde a una visión de identidad estrecha, porque va paulatinamente cambiando a una fiesta de diversidad cultural, entendiendo que en Antofagasta se está transformando de un campamentos a una ciudad multicultural, abierta y progresista".
Por su parte la bióloga y profesora asociada del Departamento Biomédico de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Antofagasta, Emilce Díaz, proveniente de Argentina, cuenta también que le llama la atención lo prolongado de las celebraciones. "Una de las cosas que me llamaron la atención de éstas celebraciones es lo largas que son. Son bastante particulares en relación a lo que pasa en Argentina", aseguró.
A continuación, el testimonio de seis residentes extranjeros que comparten su primera impresión de las celebraciones patrias.