Antonio, desde la educación hacia una vida para la felicidad III
Santo Antonio de la antofagastinidad, avanzando, en la reflexión educadora para un mundo feliz, recuerdo que, hoy, más que ayer, es imprescindible ser valiente, aunque la confrontación sea desigual como la epopeya de David y Goliat; ser valiente y soñar, porque definitivamente el presente y el futuro depende de quienes creemos en la belleza del sueño quijotesco, de hacer posible lo imposible, para modificar la historia; debemos atrevernos a romper los mitos del no se puede y hacer de la educación un poema a la esperanza para una vida feliz.
Antonio amigo de humanidad universal, la naturaleza en su flora y fauna nos dan ejemplos maravillosos de vivir, crecer, florecer y dar frutos desde su libertad y mágica expresión creadora: el árbol busca el aire, el sol, el agua y nutre su raíz para vivir, crecer y nos entrega sus frutos.: el cactus, entre soledad, sequedad y camanchaca florece. Entonces, si nosotros somos los únicos en razonar y pensar, podríamos modificar nuestras realidades y encontrar destino y reencontrar la ruta a la humanidad.
Antonio, apóstol de los desesperanzados, basta ya de mantener asimetrías en que, unos pocos (5%) poseen la riqueza universal del conocimiento, de las tecnologías, del poder y del dinero, Basta ya que, en un eterno y gobierno del absolutismo patriarcal y la supremacía del hombre, que niega la maravillosa esencia y mágica sensibilidad de la existencia femenina, minimizando su poder de participación; basta ya, porque debemos creer en la fantasía, inocencia, pureza, creatividad natural y autonomía de los niños, es tiempo de respetar la sabiduría de los mayores y su no reclusión en la oscuridad y el olvido.
Antonio, maestro de igualdad, ayúdame a girar en otra dirección la rueda de la vida y de la educación; es tiempo de dar protagonismo a los sin voz, entender que la vida, que es breve y efímera como una rosa que se marchita; por ello, no debe ser un viaje rápido, porque el tiempo es como el agua, si le presiona en demasía, hierve; y luego, se evapora sin sentido; o si se extrema el frío, se solidifica y se mantiene inamovible.
Santo Antonio de la verdad, haz que no olvidemos que, para disfrutar la belleza de una melodía, no basta con leer su partitura; del mismo modo, la esencia del perfume jamás podría sentirse sólo en la fórmula de su fabricación. No olvidemos que aún la más bella rosa no tiene sentido si pierde su aroma, así como la palabra sin significado es letra muerta que no ennoblece ni dignifica.
Santo varón de tiempo nuevo; no obstante, la crudeza de los tiempos que se vive, no perdamos la esperanza en tiempos mejores, no siempre podremos ver las estrellas, porque la luminosidad del sol nos lo impide; pero, sabemos que están, a esperarlas y confiar en que, en la noche asomarán en su luz. Así también, no debemos permitir que la racionalidad, nos impida ver nuestro maravilloso mundo interior, nuestra energía vital, y nuestro imán mental que en paz y en armonía, brotará con sentimientos y pensamientos positivos.
Antonio de tiempo nuevo, avancemos en la meditación para el cambio, para la transformación, la sanación y la liberación; porque, en ocasiones la rutina, como a las ranas que no perciben los cambios de temperatura, nos lleva en un viaje en tren siempre por los mismos rieles y olvidamos que es necesario innovar.
Es que amigo Antonio de la sabiduría, reitero, todo cambia, la ciencia, la tecnología, los autos, aviones, la medicina; pero la educación se mantiene. Recuerdo la triste historia que cuenta que una persona que estuvo 20 años en proceso de refrigeración y, al despertar, todo había cambiado, las casas eran distintas, los autos volaban, las tecnologías y robots reemplazaban muchas tareas humanas y dicha persona sintió miedo y quiso protegerse y … se refugió en su ex escuela… porque allí… increíblemente… ¡Todo seguía igual, las mismas salas, la misma distribución de los asientos, el mismo tipo de clases etc.!
Antonio de la anticipación, tenemos que atrevernos a descubrir camino nuevo, como el barco que, cuando navega, deja una estela en el mar; pero, con el tiempo esa huella desaparece y hay que descubrir una nueva ruta de navegación; es necesario aprender, desaprender y reaprender, o como decía el estratega cartaginés: "Buscaremos el camino y, si no está, lo inventaremos"
¡Por ello, hoy, Antonio universal de humanidad, avancemos en la metamorfosis humana. Así como, la mariposa no tendría la belleza de sus colores, ni podría volar si no completa su ciclo; el ser humano necesita completarse para la transformación, la sanación y liberación e intentar, desde la educación, definir el sentido de la vida, para avanzar hacia la felicidad!
¿Es que, respetados lectores, qué sentido tiene nuestra existencia