Campamentos el Oblivion
"Tal ocupación se ejecuta con una planificación mínima, las cuales ni los propietarios ni el Estado podrían advertir".
Son ocupaciones de tierras o viviendas no reconocidas por la ley. Se refiere a la posesión de tierra o vivienda sobre la cual el ocupante no tiene titularidad legal. Las ocupaciones de este tipo son una característica de la mayoría de las ciudades del llamado Tercer Mundo. En algunas ciudades representan una importante área del total residencial. Su crecimiento ha sido muy rápido en los últimos años en Antofagasta, en parte porque los mercados de viviendas convencionales y las políticas públicas de vivienda no han logrado satisfacer las demandas producidas por el rápido crecimiento de la ciudad.
Tal ocupación se ejecuta con una planificación mínima, las cuales probablemente ni los propietarios privados ni el Estado podrían advertir, aunque a veces logran erradicar o relocalizar en forma rápida a los ocupantes que están menos preparados.
La llamada teoría de la marginalidad define la ocupación ilegal como un esquema normal, más que excepcional, ya que los primeros ocupantes ilegales constituyen una primera avanzada hasta su posterior "consolidación" por medio del acceso a la propiedad y la esperanza de reconocimiento final de titularidad. Muchas ocupaciones ilegales carecen de una infraestructura básica mínima -servicios públicos como electricidad, agua corriente, sistemas sanitarios y recolección de basuras- y la mayoría de estas viviendas son precarias. La atención médica, los medicamentos, en casos de urgencia los hospitales son difíciles de acceder desde los campamentos.
En Antofagasta se diferencia entre los campamentos con futuro y campamentos sin esperanza, los primeros son los que poseen movimientos de autoayuda y que promueven tanto mejoras de las viviendas individuales, como inversiones colectivas en infraestructura; cuentan con el apoyo de líderes carismáticos que los avalan que ayudan a mejorar la convicción de los moradores. Los segundos no cuentan con ayuda de nadie y su nivel de organización es precario. Son para los gobiernos, motivo de irritación, ya que no sólo se los considera como oportunistas, sino que se cree y se hace creer que constituyen peligros para la salud del resto de la población y que conforman focos de delincuencia.
Desde la década del 70, algunos especialistas consideraron que los campamentos daban una solución práctica al déficit de viviendas en ciudades de rápido crecimiento. El mercado convencional no puede satisfacer la demanda ya que sus costos son muy altos en una ciudad como Antofagasta. Por ello, los campamentos proporcionarían una solución funcional, permitiéndoles a los ocupantes invertir en la vivienda y en su mejoramiento, según las circunstancias.
Existen movimientos que se constituyen para ayudar y asistir a los grupos sin vivienda . Otros condenan estas acciones, creen que son el reflejo de concepciones ideológicas y denuncian que el Estado ha dejado de asumir responsabilidades que le son propias, no la construcción de viviendas económicas, sino un borde costero que nos hará olvidar aún más los campamentos.
Cristian Muñoz
Historiador