Patricia Bennett en Academia de la Lengua
Desde lejos es común que la querencia, en este caso Antofagasta, se juzgue como una ciudad singular. En el tramo final del siglo XX, los escritores Andrés Sabella y Mario Bahamonde fueron incorporados como Académicos correspondientes en Antofagasta por la Academia Chilena de la Lengua. A continuación el honor le fue conferido a la gran intelectual y religiosa Hermana Elsa Abud Yáñez. Para fines de ese siglo, quien escribe se desempeñaba en esa prestigiada representación.
En este milenio, la incorporación de Sergio Gaytán como miembro correspondiente, fue un reconocimiento a un quehacer intelectual sostenido y ascendente en el tiempo. Hoy destaca Patricia Bennett Ramírez como un aporte a esta verdadera tradición de trabajo intelectual donde las galas idiomáticas se manifiestan con serena naturalidad y en la plenitud de sus potencialidades. Ella sabe de estas realidades filológicas. Como docente, en su desempeño profesional universitario y en cargos directivos de establecimientos educacionales, su preocupación siempre ha sido por la palabra con poder unificador. Hay aquí una venturosa coincidencia: "Unir por la palabra" es el lema de la Academia Chilena de la Lengua.
El uso del lenguaje en el Norte de país es un gran escenario donde la filología da efectividad a múltiples disciplinas: lingüística, semántica, lexicología, gramática, sintaxis, literatura y otras que el ciudadano común utiliza para su diario coloquio.
El uso idiomático es un permanente "proponer" y el desempeño de los Académicos tiene idéntico carácter. La atención puesta en los usos lingüísticos es la apremiante quimera que mueve las actuaciones de quienes se comprometen como Académicos Correspondientes de esta más que centenaria Corporación.
La generosa aceptación para el cargo de Académica Correspondiente en Antofagasta de la Patricia Bennett garantiza un desempeño acorde con la capacidad intelectual de los profesionales formados en La Perla del Norte.
Osvaldo Maya