Cristian Castro Orozco
La semana pasada dos tradicionales locales del centro de Antofagasta decidieron cerrar para siempre después de décadas de servicios e historias. Se trata del restorán El Arriero y el conocido café After Five.
Estos establecimientos se encontraban ubicados en calles Condell y Maipú, respectivamente, zonas por donde diariamente transitan cientos de personas y que en los últimos años han cambiado dramáticamente su fisonomía, volviéndose cada vez más inseguras, al igual que gran parte del casco céntrico.
En el caso del After Five (que llegó a atender por casi 30 años), sus dueños argumentaron que decidieron no seguir en el rubro debido múltiples problemas que se generaron durante los últimos años.
Dramas
"Principalmente fueron dos los factores que nos llevaron a cerrar. Primero, la mala situación económica, que nos bajó la clientela; y segundo, que el sector bajó mucho su categoría. Mucha gente dejó de ir por las noches dado que se sentían expuestas al salir del local", cuenta quien hasta hace poco era el administrador del café, Erwin Reinieke.
El encargado explicó que en ocasiones, personas en estado de ebriedad ingresaban al local para robar el almuerzo de sus clientes.
"Además, justo frente a nosotros había una galería que ponía la música excesivamente alta, lo que no nos dejaba siquiera tomar los pedidos. Lo de la música fue denunciado muchas veces, pero nunca se hizo nada", contó Reinieke.
El arriero
Por su parte, el dueño de El Arriero, Álex Castillo, dijo que la medida la tomaron después de años de baja clientela durante las noches.
"Antes esto estaba abierto hasta las tres de la mañana. Pero el peligro y la inseguridad hizo que ya no viniera nadie. Es triste, pero para este negocio hay que pensar con la cabeza y no con el corazón. Ahora debo decir que hay más carabineros por las noches, pero para nosotros, lamentablemente llegaron tarde", aseguró.
La misma opinión manifestó uno de los dos pianistas que trabajaron por casi 40 años en ese local, Luis Guerra Silva, quien recordó que la clientela de El Arriero solía concurrir en familia para celebrar matrimonios, aniversarios o cumpleaños por las noches, cosa que se dejó de hacer.
"Teníamos de 'caseros' a muchas familias. Hace poco vino una de ellas a comer y la señora salió un momento del local para hablar por celular, pero en el acto se lo robaron. De ahí nunca más volvieron. Y así tú ves cómo todo se va llenando de ebrios pendencieros dado que las esquinas están atestadas de pubs y locales para beber", argumentó.
El concejal y dueño de Casa Castilla, Gonzalo Santolaya, confirma el deterioro de las calles de la ciudad.
"Se observa un deterioro en la seguridad del centro de Antofagasta. Y en la noche eso recrudece. Sabemos que ocurren todo tipo de ilícitos a vista y paciencia de todos, lo que se suma al comercio ilegal que opera sin mayores trabas. Todos esos factores no dejan espacio para desarrollar una buena actividad gastronómica, hotelera o turística", afirmó.
Pese a lo anterior, Santolaya reconoce que existe un aumento de las fiscalizaciones a locales nocturnos y de venta de alcoholes del sector centro.
Quioscos
En la misma línea, duras son las vivencias diarias de los "quiosqueros" que trabajan en el perímetro central.
Manuel Reyes, quien tiene su puesto frente al BancoEstado de calle Maipú, cuenta que en un año le entraron a robar dos veces. "Todos los días hay que limpiar los quioscos y carros (que son usados como 'baños'). Yo me quedo atendiendo hasta las 10 de la noche porque la situación económica está mala, y me toca ver mucha indecencia y decadencia. No se percibe un respeto por los espacios públicos", acotó.
Fiscalizaciones
Al respecto, la gobernadora Katherine López dijo que ya se ejecuta un plan para reducir los ilícitos que se registran en el centro y devolver la confianza a los ciudadanos.
"Nos ocupa recuperar el casco histórico para las familias, y por ello retomamos los operativos intersectoriales, los que eran una necesidad manifiesta de la comunidad. Además contamos con dispositivos policiales que nos permiten en tiempo real observar el fenómeno delictual y priorizar el trabajo policial", dijo.
años atendió El Arriero, local que cerró debido a una baja en su clientela asociada a la inseguridad. 40