El actual gobierno del Presidente Sebastián Piñera se comprometió en este tiempo, entre otros, con el mensaje de "los niños primero", aludiendo a la horrible realidad conocida por el país respecto a lo acontecido en los hogares del Sename. La cifra de 1.313 menores muertos es una infamia que nos debe doler.
Por estos días también se vive una situación que afrenta la dignidad del ser humano con la política migratoria del gobierno norteamericano de separar a los niños migrantes de sus padres. Las acciones de "tolerancia cero" de Donald Trump se han visto más cuestionables luego de conocerse las condiciones en las que se encuentran muchos de los más de 2.000 niños separados de sus padres desde abril.
Este hecho solo nos recuerda que la crueldad existe, que debemos estar atentos, que hay cosas que no se pueden aceptar y que se debe tener especial resguardo con los menores, porque tales actos los pueden afectar para siempre.
Pero esos dolores también están entre nosotros, en especial con los infantes carentes de una familia; los que fueron abandonados, como los niños del Sename, protagonistas de la peor tragedia nacional ocurrida en democracia.
¿Y en Antofagasta? Por estos días, son 104 las familias que no están con el servicio en el jardín "Los Laurelitos", institución dependiente de una Corporación Laureles dirigida por la hija ilustre de esta ciudad, Patricia González.
Para quienes no lo saben, debe ser este el mejor jardín de la ciudad en su tipo, con uno de los estándares más sobresalientes del país. Por cierto, está enfocado en los segmentos más pobres de la ciudad. Un trabajo que recibe colaboraciones del ámbito público y privado, que no genera lucro para la señora González, salvo la satisfacción de decenas de egresados que le retribuyen un cariño infinito.
El jardín tiene un problema puntual con Junji, que confiamos será corregido a la brevedad, para beneficio de las 104 familias involucradas. Porque está claro que los niños deben ir primero y es en este tipo de casos, donde esos compromisos se concretan; todo lo demás, son palabras, buenas intenciones, sin contenido, ni compromiso real.