Ni el amargo de un buen tinto cargado (café) ayudó para que la selección de Colombia despertara de la pesadilla que fue el partido frente a su símil de Japón, en el debut de ambos países en el Mundial de Rusia.
Y es que el cronómetro escasamente marcaba recién dos minutos cuando un madrugador error de la defensa cafetalera derivó en una mano dentro del área de Carlos Sánchez que terminó en su expulsión y penal en favor de los nipones.
Con el marcador en contra y un hombre menos, el partido se puso cuesta arriba para los dirigidos por José Pékerman. Así también lo sentían los hinchas que desde muy temprano llegaron hasta la panadería "El Baratón Colombiano" para seguir a su selección en compañía de buñuelos, deditos de queso y café en leche, desayuno típico de los caribeños.
"Al principio fue como un balde de agua fría con la expulsión. No está tan fácil, aunque teníamos la experiencia del Mundial pasado que le ganamos 4-1 a Japón. No queda de otra, hay que apoyar a la selección Colombia. Amor a la patria", comentaba esperanzada Gloria Arboleda, colombiana residente en Antofagasta.
Tras el sorpresivo resultado inicial, el silencio se hizo presente entre los hinchas colombianos que entraban y salían de la panadería que abrió sus puertas antes de las 7 de la mañana. La mayoría de ellos llegaba con la camiseta bajo sus abrigos, pedían un café, un par de buñuelos, miraban incrédulos el marcador y partían cabizbajos rumbo a sus trabajos, sin antes esbozar un "Vamos Colombia".
De ahí en más el partido fue puro sacrificio para el combinado cafetero. Más aún con la ausencia en cancha de su máxima figura James Rodríguez por fatiga muscular, quien miraba desde el banco de suplentes como su selección se complicaba en su estreno en Rusia.
A diez minutos del fin del primer tiempo Pékerman le pide a sus muchachos que no bajen los brazos y vayan en búsqueda del empate. Con más ímpetu que técnica, el equipo consigue un tiro libre desde el vértice del área. "Hágalo papi", se escucha desde la parcialidad que atenta sigue el partido en las cinco pantallas que dispuso el dueño de la panadería. Juan Fernando Quintero cumple el favor con un tiro rasante que sorprendió al meta nipón decretando el 1-1 parcial.
El sabor y calor les volvió al cuerpo a los hinchas presentes "Sí, Sí Colombia. Sí, sí Caribe".
Mientras desde la calle un colectivero de esa nacionalidad aprovecha el semáforo para preguntar: "¿Cómo vamos, paisa?".
Complemento
Arranca la segunda parte. Colombia espera y Japón es quien tiene la pelota en el inicio de acciones. El escenario ahora es la peluquería Black and White ubicada en calle Bolívar, entre Ossa y Matta. Son cerca de 12 los colombianos que siguen el partido a falta de clientes.
Ante el panorama adverso las instrucciones no se dejan esperar. "¡No tenemos el balón muchachos, ¿qué pasa?" "Dónde está Quintero que no lo veo, muéstrate, qué es lo que hace Quintero!".
Japón lleva peligro con cada ataque. Otro aviso de los asiáticos que buscan el segundo gol ante una Colombia que no encuentra la pelota. El portero Ospina ya es figura con cada tapada. "Tú tranquilo", suelta un hincha en apoyo al meta del Arsenal inglés.
Mientras desde el otro extremo de la peluquería, exigen el ingreso del volante del Bayern Munich, James Rodríguez, quien calienta al borde del campo de juego. "Ahora lo ganamos", grita un tercero y los aplausos aparecen de forma espontánea, con euforia.
Reacción
Pese al refresco, Colombia no suma más de dos hombres en ataque. James intenta unirse con Falcao pero la defensa japonesa no se desordena ante el tímido ataque cafetero. A esa altura la desesperación es evidente entre los hinchas colombianos, quienes en repetidas ocasiones llevan sus manos a la cabeza frente a las jugadas erróneas de sus compatriotas.
"Donde está Jerry Mina" dice uno de los asistentes", esto porque Japón visitaba con mucho peligro a Ospina. Corre el minuto 72 del complemento y Japón anota el segundo gol. Se queda atorado al piso el meta colombiano, Arias cede su marca y Yuka Osako marca para los nipones. La desazón es total, no lo podían creer.
Tras el duro golpe Colombia intentó reaccionar sin éxito ante una disciplinada retaguardia asiática. Llegó el pitazo final y el análisis no se dejó esperar. "La expulsión al minuto dos nos dio muy duro, pero estamos vivos todavía. Faltan dos partidos decisivos", reflexiona Miguel Sandoval, dependiente de la peluquería.
Ahora la selección de Colombia deberá enfrentar este domingo a una también golpeada Polonia que cayó en su estreno frente a Senegal, en un Mundial donde la sorpresa ha sido la tónica.