Abordar el desempleo
El asunto es de una complejidad mayor y se explica por varios factores, externos e internos; pero de nosotros depende prepararnos para el futuro. Las crisis son oportunidades y esta no puede ser la excepción; la región, a propósito de la cesantía, puede lograr un nuevo trato con los generadores de empleo y con el gobierno central.
La Región tiene un problema grave: Un desempleo de 10,9% (datos del INE, trimestre enero marzo de 2018) y por esa razón, ayer fue realizado un encuentro que dio cuenta de tal problemática.
Hablamos de una zona que pasó en un breve lapso del pleno empleo a presentar la mayor tasa en Chile, con los efectos que eso tiene en las personas y las familias. Eso intentó analizarse en el encuentro realizado ayer entre Diario El Mercurio de Antofagasta y la Asociación de Industriales, evento que contó con la participación del ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg y el subsecretario de Minería, Pablo Terrazas, entre otras autoridades.
Y hay que enfatizar que el tema es complejo, considerando que las explicaciones son multifactoriales: El término del boom de precios de los commodities, el menor desarrollo de proyectos, el impacto de las reformas laboral y tributaria, los conmutados, los problemas de proveedores locales de la industria minera, la creciente tecnologización, la necesidad de contar con mano de obra más calificada y una, todavía, deficiente diversificación de la economía.
Cada uno de estos temas es de una enorme complejidad en sí misma y deben ser analizados en su justa dimensión.
El asunto debe ser analizado en detalle, pero por sobre todo, advirtiendo el mundo que se viene. Son varios los autores que han predicho que desaparecerán hasta el 40% de los actuales empleos del mundo y por cierto, otros serán creados.
Allí deben estar puestos los esfuerzos, entonces; pero creando las condiciones para ello. El gobierno -este y los que vengan- deben proveer las condiciones para esto, para desarrollar la inversión, pero no la de siempre, sino la que viene. Al tiempo, los centros de estudio deben preparar esa mano de obra, la que tiene que contar con alta adaptabilidad al cambio y estar en permanente capacitación.
Antofagasta tiene las condiciones para ello, fundamentalmente porque tiene la minería, que es un motor que ha empujado otros desarrollos industriales, lo mismo que en ciencia, tecnología y nuevos desarrollos. Y eso puede y debe acentuarse y acelerarse.