Algunos datos del Censo
Antofagasta es una región marcada por la presencia de una población joven, en edad de trabajar, lo que se reafirma con el alto índice de masculinidad. Es de esperar que los resultados del Censo sean leídos en detalle para que las políticas públicas den cuenta de las necesidades urgentes y de largo plazo que tiene nuestra tierra. De aquí puede salir mucho.
A 33,4 años, llega el promedio de edad en la Región de Antofagasta, indicador que deja a nuestra zona como la segunda población más joven del país, detalle confirmado en la última entrega de resultados del Censo 2017, realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
El estudio más grande del país, dio cuenta que la población regional llega a las 607.534 personas. De éstas, 315.014 son hombres y 292.520 son mujeres, proporción que -a diferencia de lo que ocurre a nivel nacional- está claramente inclinada hacia la masculinidad, hecho que según los expertos se explica por la marcada vocación productiva de la zona.
Esa misma condición se refleja en la juventud de la población regional, que después de Tarapacá (32,5 años), posee el promedio de edad más bajo del país.
No es la única característica llamativa: La II Región tiene también un muy buen nivel de escolaridad. El Censo muestra que las personas de 5 años o más de la Región de Antofagasta tienen 10,5 años de escolaridad en promedio, cifra que aumenta a 11,7 años al considerar a la población de 15 años o más y a 11,8 años al analizar la población de 25 años o más.
Otro dato relevante es que los jefes de hogar en la región presentan el mejor índice de escolaridad del país con 11,8 años.
En lo negativo, indudablemente destaca el hacinamiento. Según esta muestra, la cantidad de viviendas se situó en 196.349 unidades. De éstas, 176.611 son particulares ocupadas, 18.562 corresponden a particulares desocupadas y 1.176 a colectivas.
Además hay un total de 174.314 hogares, con un promedio de 3,2 personas en cada uno de ellos (mayor que el 3,1 a nivel nacional), mientras que el 4% de las viviendas tiene más de un hogar viviendo en éstas.
El déficit de vivienda que vienen reclamando gremios y organizaciones sociales también se reflejó en los índices de hacinamiento de la región.
La situación regional es de paradojas conocidas. Éxito en algunos casos y déficit en otros planos; es de esperar que el Censo sea leído en detalle para que las políticas públicas den cuenta de las necesidades urgentes y de largo plazo que tiene nuestra tierra.