"Tengo curiosidad por conocer el Desierto de
Como estudiante de Harvard, Martin Chalfie (1947) no tuvo éxito con su proyecto práctico y pensó que carecía del talento para ser un investigador científico. Entonces trabajó como profesor durante un tiempo antes de ser persuadido para ingresar a un doctorado en el Departamento de Fisiología. De a poco se fue dando cuenta que los experimentos fallidos significan hacer progresos. En 2008 recibió el Premio Nobel de Química junto a Roger Tsien y Osamu Shimomura "por el descubrimiento y desarrollo de la proteína verde fluorescente, GFP". Su interés en la proteína verde fluorescente (GFP) surgió de la necesidad de encontrar una forma de rastrear células vivas en el C. elegans, un gusano transparente que venía estudiando desde hace una década.
Antes de su conferencia de hoy, a las 12.30 horas, en el Teatro Municipal, este destacado científico estadounidense nos responde amable, entusiasta. Queremos comprender en qué consiste su importante descubrimiento. Nos lo explica con una analogía:
"Imagina que estás en un bosque, de noche, y estás tratando de encontrar a alguien. El resto de las personas está caminando entre los árboles y tú también. ¡No lo puedes ver, a no ser que tengan una linterna alumbrándolos! Sólo así podrías verlos, y eso es la GFP. Podemos adjuntar la GFP a un componente de una célula y luego observar qué ocurre con ese componente; ¿va a algún lugar específico?, ¿se mueve alrededor?, ¿hay cambios mientras la célula o el organismo se desarrolla? Básicamente la GFP sirve como una linterna que nos permite observar cómo se desarrolla la biología. Cuando puedes iluminar un tejido vivo -que cambia todo el tiempo- puedes observar cómo esos cambios se llevan a cabo. Antes de la GFP, no había forma de hacerlo de forma directa. Por ejemplo, hoy podemos observar cómo el virus, por ejemplo, pasa de una célula a la otra porque el virus contiene la GFP. De esta forma, podemos estudiarlas. Ese es uno de los aspectos más emocionantes de esta proteína. La GFP ha dado a las personas una herramienta muy útil para comenzar a cuestionarse".
EL NoBEL
La noche que recibió el Nobel escuchó su teléfono sonando a lo lejos, pero asumió que era de un vecino. Así que despertó a la mañana siguiente pensando que como no lo habían llamado, el premio había sido para otra persona. Luego abrió su computadora portátil y fue a Nobelprize.org para ver quién era el "pobre infeliz" que lo había obtenido. "Y allí vi mi nombre junto con Osamu Shimomura y Roger Tsien. ¡Yo era el pobre desgraciado! Desperté a mi esposa, Tulle: "Ha sucedido", le dije. Ella dijo: "¿Qué? ¿Nos hemos quedado dormidos llevando a nuestra hija a la escuela?"
¿Qué significó este premio para su carrera?
-Definitivamente cambió mi vida. Increíblemente todos los cambios han sido para mejor. Sigo teniendo las mismas opiniones de antes, pero antes nadie me preguntaba, y ahora sí. Me invitan a hablarle a estudiantes, me invitan a hablarle a públicos generales interesados en ciencia, como en Puerto de Ideas en Chile, he tenido la oportunidad de viajar mucho más de lo que alguna vez imaginé. Lo que normalmente pasa es que se invita a científicos a universidades a hablar sobre sus últimos descubrimientos, pero lo que raramente ocurre (y que ahora me pasa después del premio) es que me invitan a hablar sobre ciencia en general, y eso de verdad ha sido un regalo. Hablo sobre cómo veo el mundo, sobre cómo se desarrolla el mundo científico, sobre las dificultades en torno a los déficit de financiamiento para sacar adelante proyectos, sobre inclusividad y otros aspectos.
Refugio para las ideas
¿Dónde convergen la razón y la intuición?
-Hay problemas que se almacenan en la parte trasera de mi cabeza, posibles problemas que he estado analizando desde hace mucho tiempo. Y desde ese nicho nacen las ideas para la experimentación. Pero hay un pequeño problema con la intuición, porque es como decir "yo sé cuál es la respuesta a este problema", y eso es un poco vano para mí. No podemos tener respuestas sin la experimentación, y no todos las ideas son buenas, así que la intuición algunas veces se ve sanamente destruida. Hacer la conexión entre intuición y experimento creo que es algo muy útil.
Ha dicho que el laboratorio es una especie de refugio. ¿Qué es lo que piensa cuando está ahí?
-Aunque sucede en varias partes, las personas en un laboratorio tienen un interés común: están tratando de responder un conjunto de preguntas relacionadas, lo que genera una especie de camaradería. He tenido la suerte de trabajar con personas muy agradables, por lo que ir a trabajar es muy entretenido. Es un refugio en el sentido de que es un lugar agradable sobre todo para los estudiantes. Ellos en general se las tienen que valer por sí mismos. Tener un lugar en el que uno sabe que su trabajo es apreciado porque es realmente una contribución, y saber que formas parte de algo más grande es muy bueno.
¿Qué conoce de Chile? ¿Cuáles son tus expectativas para este viaje?
-He estado en Santiago, pero nunca en el norte de Chile. Tengo mucha curiosidad por conocer el Desierto de Atacama. ¡Estoy intrigado!
"Tener un lugar en el que uno sabe que su trabajo es apreciado porque es realmente una contribución, y saber que formas parte de algo más grande, es muy bueno"."
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