Desafíos de la política habitacional
"En el caso de viviendas de sectores medio, debe buscarse la construcción de viviendas del 1.500 a 2.500 UF".
Con respecto a la proliferación de campamentos y tomas en Antofagasta, es necesario entrar a un análisis más profundo, señalando, en primer término, que revisado el avisaje de arriendos en El Mercurio de Antofagasta el valor más económico de arriendo es de $230.000. Valor excesivo para la mayoría de la población.
Al detallar esto debemos celebrar el avance de edificación de viviendas sociales en una cantidad de tres mil unidades, gracias al cambio de la política de traspaso de terrenos en forma gratuita de Bienes Nacionales al Serviu. Estas nuevas viviendas poseen un alto estándar donde se ha privilegiado la calidad a la cantidad.
Pero es necesario buscar el punto medio ante la urgencia de las familias por contar con vivienda, dejando para una segunda etapa el mejoramiento de los conjuntos habitacionales a través de los programas de protección al patrimonio familiar y mejoramiento de condominios sociales.
Al respecto es necesario indicar que la política de viviendas sociales hoy produce un incentivo perverso, pues, el beneficiario con un ahorro de $268.000 recibe una vivienda de un valor de $48 millones ( 1.800 UF) sin tener que cancelar un peso nunca más. El valor promedio que cancela Serviu a contratistas es de 1.600 UF, mas el valor del suelo 100 UF, más gastos operacionales de Serviu 100 UF da un valor de 1.800 UF.
Por otra parte una familia que no califica en la Encuesta Social de Hogares debe concurrir a adquirir una vivienda y la no existencia de casas para estos sectores con valores de 1.500 a 2.000 UF lo empuja al arriendo, aumentando esa demanda y por lo tanto el valor al alza de estos.
Si existieran viviendas de estos valores, la familia para acceder a esta debe concurrir a un préstamo hipotecario con un pie mínimo de 150 UF ($4 millones) y una cuota mensual por 20 años de un valor de 12 UF ($300 mil).
Ante esta realidad los ciudadanos están optando por trasladarse a un campamento. Por lo expuesto las nuevas autoridades enfrentan el desafío de ajustar las políticas de vivienda a las nuevas realidades.
En primer termino que los beneficiarios de vivienda social cancelen parte del valor de su vivienda con una cuota mensual máxima de 4 UF por un periodo máximo de 60 meses, que es el mismo periodo que la vivienda puede ser enajenada. De tal forma que estas familias a su vez sean solidarias con los que llevan años esperando una solución habitacional igual que ellos.
Para el caso de extrema vulnerabilidad dejar un porcentaje de 3% del total de viviendas que se ejecuten para asignación directa sin cancelación alguna por una comisión integrada por Intendencia, Serviu y otros.
En el caso de viviendas de sectores medio, debe buscarse la construcción de viviendas del 1.500 a 2.500 UF, a través de la licitación condicionada de terrenos en paños pequeños para que las empresas locales puedan participar y aumentar la competencia y así obtener una baja en los precios de venta de tal manera que ciudadanos con empleo y rentas entre $800 mil y 1 millón 200 mil pesos, puedan acceder a adquirir una vivienda.
Tomás Müller Salomón
Empresario de la construcción