Una visita inolvidable
Un año antes de la llegada a Chile de Juan Pablo II, fui convocado a integrar la Comisión Nacional de visita del Santo Padre, como fotógrafo diocesano, ya que colaboraba con el Departemento de Comunicación Social del Arzobispado de Antofagasta.
Nuestra primera misión fue enviar despachos y fotografías de los lugares que el Papa visitaría en nuestra ciudad: la cárcel, el Campo Eucarístico y en el Colegio Santa María, donde finalmente pernoctó. El material se enviaba a Santiago y de allí a la prensa y Radio Vaticano, en Italia.
La visita, estuvo cargada de tensiones, pero la situación era otra, muy diferente, en especial con la jerarquía eclesiástica y su posición frente a los sacerdotes acusados de abusos sexuales. El otro era un problema político, la dictadura y la violación de los Derechos Humanos.
A su vez el gobierno de facto que había en el país, creó su propia comisión y trató de cambiar el slogan de "Mensajero de la Vida" a "Mensajero de la Paz", obviando la grave situación de la violación de los derechos fundamentales que ocurría en nuestro país.
El trabajo era intenso. En el Campo Eucarístico las motoniveladoras preparaban el terreno. Obreros y arquitectos levantaban el gran escenario. Los bailes religiosos preparaban sus mudanzas.
Mientras desde Iquique, se trasladaba la imagen de Virgen de La Tirana, las calles se engalanaron y en el estudio del Colegio San Luis se grababa la Cantata del Norte, con poemas creados especialmente por Andrés Sabella, con la música de Raúl Ortega, obra que se interpretó en la misa de Campo Eucarístico.
Hasta que llegó el gran día: al atardecer el avión aterrizó en Cerro Moreno. La comitiva arribó al Colegio Santa María. Hubo un encuentro con niños extranjeros.
Cuando se retiraba a su habitación, Yo seguía disparando, hasta que de repente se acercó a mí, yo bajé la cámara en actitud de respeto y me tomó las dos manos, me dio la bendición y su secretario puso en mis manos un rosario con estuche de cuero con el escudo del Vaticano y una foto firmada por Juan Pablo II, que aún conservo.
Omar Villegas A.