"Duro Golpe"
René
Cortés
comentarista deportivo
El CDA de Nicolás Larcamón tuvo la característica base de ser un equipo intenso, asociado, veloz, de importante concentración y con una propuesta atractiva de salir "a buscar a los partidos". Y eso le sirvió para despertar la atención de muchos. Y, tristemente, aquello que le brindó la satisfacción para estar entre los mejores del Transición, le jugó en contra en la parte final del torneo, en especial ante la U. Católica.
Pese que ante "Los Cruzados" estuvieron en ventaja, les había costado en el primer tiempo reiterar lo mejor de lo suyo. Así y todo estuvieron en un 2-0 casi determinante, pero el equipo, en el segundo tiempo, perdió su esencia. No tuvo la capacidad para controlar el juego y el manejo del balón, desde el ordenamiento de sus líneas, lo físico y la fortaleza anímica. Su desgaste paulatino desde el final de la Copa Chile, surgió como "un fatal fantasma".
Se reordenó la UC es cierto, pero mucho obedeció a lo que el CDA no supo hacer para sostener el resultado y es ser unitario. Pasó, en general, porque el esfuerzo y la intención no es lo fundamental. Es un juego de conjunto y esta vez hubo piezas que se soltaron. Y es más, faltaron los líderes para dentro del campo, intentar soluciones.
Una de las figuras de la UC fue David Henríquez, antofagastino, rescatado por los universitarios desde un torneo Nacional en la Sexta Región apenas con 13 años. Doble sanción para el CDA que "casi siempre postergó a los propios". Antigua historia que, alguna vez, debe solucionarse.
No cabe una frustración profunda por no llegar a un torneo internacional. El saldo de la "expresión futbolística y la postura profesional" de Nicolás Larcamón, cuerpo técnico y la mayoría del plantel de jugadores, es favorable y merece ser reconocido y mirado con respeto hacia el futuro.
Hubo debilidades, pero hay una construcción rescatable. El trabajo es potenciarlo hacia su base del fútbol joven y la cara visible del primer equipo del CDA. La S.A. se lo debe la ciudad.