Mario Bahamonde
Una hermosa obra de justicia a la memoria de Mario Bahamonde Silva, al escritor y el maestro, decidió el Rector del Liceo de Hombres, Jorge Stavros, fundando en el establecimiento una biblioteca que llevará su nombre, perpetuando la memoria ejemplar del escritor nortino, el maestro de muchas generaciones agradecidas de su enseñanza y del calor de humanidad con que las atendió.
Mario Bahamonde era taltalino. Pero, pronto, le quedaron estrechos los límites y fue nortinizándose, hasta la última gota de su sangre. Sintió la nobleza y la responsabilidad de ser hombre de todos estos salares y entendió, cabalmente, que era preciso defenderlos no sólo con la pluma del escritor y la palabra del maestro: entendió que debía incorporarse a las luchas que reclamaban sus avances. Fue de los paladines del Centro para el Progreso de Antofagasta, junto a José Papic Radnic, Jonás Gómez Gallo, Ramón Yoma y otros antofagastinos que prepararon las ventajas del puerto que hoy disfrutamos.
Junto a Andrés Sabella, Bahamonde fue incorporado a la Academia Chilena de la Lengua, el 6 de mayo de 1978, como Miembro Correspondiente por Antofagasta.
La biblioteca "Mario Bahamonde Silva" es el mejor monumento alzado a su recuerdo: Mario fue hombre de libros, los que amaba y enseñaba y los que escribía, enalteciendo la belleza de estas tierras y la generosa conducta humana de sus gentes. Cuentista de recia prosa, dedicó sus talentos y ternuras a contar el Norte, comunicándolo a los demás chilenos para que lo comprendiesen y lo amasen, como él, como tantos que hicieron de la nortinidad el eje de sus fervores.
En esta Biblioteca -a la que deseamos fecunda existencia de servicio-, se hallará el espíritu de Mario Bahamonde, como la sombra rectora de sus libros y en el libro seguirá viviendo, porque Bahamonde enfocó su vida a unir en palabras, no sólo las de su propia creación, sino las de otras voluntades que iban por el camino de la Literatura del Norte de Chile.
N. de R. Mario Bahamonde falleció en Antofagasta, el 30 de noviembre de 1979.
Andrés Sabella