El poeta antonio rendic
Escucha el canto de Dios en la belleza enorme del desierto con el alma errante del poeta Antonio Rendic, en el silencio del legado de su consulta médica en la lejanía de un hermoso museo en lo alto de una urbe estruendosa del Norte Grande.
El poeta Antonio Rendic fue el llamado "médico de los pobres", que amparó y respaldó la salud de los más necesitados, por su fuerte sentido de humanidad , generosidad y respeto a la dignidad humana, sobre la base de su fuerte cristianismo y su conexion con Dios a través de su poesía, que lo acompañó en su larga vida remeciendo las conciencias con su huella, que dejó en sus libros .
El estudioso de la poesía nortina, el doctor Osvaldo Maya Cortés, en su libro "La música del silencio", hace un extenso recorrido a la vida y obra de Rendic, iluminando así la profundidad de su pensamiento expresado en palabras sencillas.
El poeta, en su cosmovisión literaria, es fuertemente influenciado por el vate Jorge Manríquez y el libro "La divina comedia" de Dante, donde Ivo Serge,, su seudónimo literario, resalta más aún su fuerte influencia de los sonetos y la necesidad de resaltar el lado espiritual y hermoso de la vida, con un lenguaje pulcro, delicado, fino, que desafía la poesía confrontacional. en su poema "Vanidad" : "Ayer, sobre blando lecho / y entre finos cobertores / te cobijabas tú ... / Hoy, bajo la tierra fría.../ una capa de olvido.../.y una cruz".
Muestra que la hoguera de las vanidades se apaga en forma metafórica en un frio cementerio, donde el extremo amor propio carcome el alma de los seres con la muerte.
Es regresar a ese pulso del sentido religioso en el silencio de nuestra hermosa Catedral de Antofagasta en estos versos:
"Junto a la imagen de Jesús, sencillo en fe, / arde y se abrasa, / y no existe en la tierra pueblo o raza/ que ante Él no dobla la rodilla…".
Rescatando esa larga y poética obra que es la Biblia en el corazón del vate, que curó las heridas del alma de sus lectores, con sus libros de "versos viejos", "Libro libre", "Primavera libre y breve". Sus primeras publicaciones que asola las campanadas de una iglesia, en el silencio poético del estar alejado de toda vanidad y de la búsqueda frenética del reconocimiento que provocó la admiración de la escritora Juana de Ibarburú.
El poeta Andrés Sabella comentó lo siguiente sobre su amigo Antonio Rendic: "No pide, porque es de los elegidos, de los que no ignoran que la única riqueza es la del corazón y su corazón es poderosa caridad del bien".
un santo para antofagasta