LA LIGA DE LA JUSTICIA
Periodista, escritor y
académico UA.
Siguiendo la lógica instalada por la seguidilla de filmes dedicados a los inefables superhéroes, llegó el momento en que juntaron a todos, incluyendo al más esperado, dando así origen a "La Liga de la Justicia", del director Zack Snyder y luego reemplazado por Joss Wedon. Y en rigor estricto, esta película no es otra cosa que aquello que desea todo el mundo: efectos especiales, humor, momentos para el lucimiento de los héroes, un villano de opereta y la puerta abierta para la continuación.
Si se dejan de lado los prejuicios habituales (y la lógica) este filme funciona en la medida justa, sin aportar nada nuevo a un universo temático que es de sobra conocido por los fanáticos. La historia funciona como en modo de piloto automático, cumpliendo con las expectativas y los lugares comunes que sustentan este género.
El mayor problema de esta película radica en que se evidencia que los productores tijeretearon por todos lados, haciendo que en su conjunto se perdiera la coherencia interna y que muchas escenas aparezcan como inconexas. Aun así, este filme dura 142 minutos que por fortuna no se hacen cansadores, sobre todo por la simpatía de algunos personajes, pero sin lograr un instante realmente memorable.
Todo el filme se inicia por el deseo de Batman de recuperar la fe perdida tras la muerte de Superman en la película anterior. Para ello recluta a su nueva aliada, Diana Prince, para enfrentarse a un enemigo aún mayor. Batman y La Mujer Maravilla, forman un equipo para enfrentar una nueva amenaza. El problema es que pese a la cantidad de héroes -Batman, La Mujer Maravilla, Aquaman, Cyborg y Flash- es probable que no puedan hacer mucho y por eso se dan a la tarea de intentar rescatar a Superman, porque comprenden que es el único capaz de exterminar esta nueva maldad que se cierne sobre la Tierra.
De este modo "La Liga de la Justicia" funciona como si fuera un reloj: todo mecánico y todo calculado y, de verdad, se echa de menos algo más arriesgado, sobre todo si tenían a todos los exponentes más célebres del mundo de los comics presentes. Este filme no tiene la propuesta diferente de 'Los Vengadores' ni la desfachatez y el humor negro que destilaba 'Guardianes de la Galaxia'. Al contrario, se evidencia que cada plano, cada diálogo, cada entrada y salida de escena de los superhéroes está planificada al milímetro, lo que hace perder ritmo y frescura al conjunto.
Y es curioso esto porque el realizador Zack Snyder demostró más fuerza y cierta audacia visual en películas como '300' o 'Watchmen', pero al parecer acá tuvo demasiadas presiones por parte de los ejecutivos, los que seguramente apostaron solo a lo seguro, evitando cualquier complicación o bochorno ante los espectadores. "La Liga de la Justicia" se debilita también en su guion, disparejo y que insiste en el tratamiento de los problemas emocionales de cada uno de los personajes, lo cual pone el freno justo cuando el filme remonta.
Desde luego que la película destaca en los aspectos técnicos, partiendo con un tratamiento del sonido espectacular (mucho mejor que en una gran cantidad de cintas del estilo) y un trabajo relativamente interesante de la escenografía.
Lo que sí resulta débil y definitivamente muy mal logrado es el perfil del villano de turno que no convence a nadie, ni en sus motivaciones ni en su presentación, incluyendo un enfrentamiento final que deberá estar entre los menos entusiastas de los últimos tiempos.
La falta de humor en el conjunto de la película hace más evidente la mediocridad en la dirección de Snyder: definitivamente no alcanza a elevar este filme y termina siendo un producto más que desaprovecha instantes que, en otras manos, hubiesen sido notables y hasta inolvidables.
Si la historia funciona es únicamente porque repite modelos ya probados y entrega exactamente lo que el espectador desea ver, los mismos patrones, los mismos momentos gloriosos y nada más, sin lograr el sentido de humor que desprenden muchas otras películas del mismo estilo.
Resumiendo: "La Liga de la Justicia" en su conjunto es imperfecta (hay momentos buenos y otros planos y soporíferos) donde salvo el regreso del héroe por excelencia, en lo narrativo resulta una especie de monstruo de Frankenstein, donde se pegan escenas bien armadas con otras inconexas y poco cohesionadas.
En cualquier caso, si solo se busca aventuras, estruendos y todos los superhéroes agrupados, ésta es una ocasión ideal para sumergirse en este mundo fantástico. Mención aparte, la banda sonora encargada a Danny Elfman incluye en el filme dos temas clásicos inolvidables como el Batman Theme de 1989 y el clásico de Superman de John Williams.
Víctor Bórquez N.