¡San Antonio Universal: Hygge y felicidad!
Antonio de la ejemplaridad de vida, mientras más recorro tu vida y poesía, más reafirmo que en vuestro existir, siempre conjugastes el verbo de la felicidad y, yo, desde mi humildad de Maestro, siguiendo vuestra huella quiero descubrir, en medio de tanta desesperanza, violencia y oscuridad del alma, cómo encontrar la luz para, por y con los otros y hacer posible la vida feliz para nuestra tierra morena y sus gentes, tejiendo una vida viva de esperanzas hacia presentes y mañanas de esplendor.
Santo hermano de la poesía del norte, en mi proceso interminable de búsqueda, hoy descubro que en tu caminar de presencia siempre vigente en nuestro norte, tus principios y valores transitaron por las rutas de la felicidad, es gozo y plenitud de habitante universal.
Rendic, caballero del Ancla, recorriendo las páginas de un nuevo libro: "Hygge, la elicidad en las pequeñas cosas", bello regalo de mi adorado hijo, y escrito por Meik Wiking, director del Instituto de Investigación sobre la Felicidad, me detuve ante un nuevo concepto: "Hygge"; quise leer dicha palabra danesa, que puede ser tanto adjetivo como verbo,; me resultó muy difícil deletrear, pronunciar y definir; pero pensé que, más allá de intentar ese estimulante ejercicio, pude entender que había que vivir el concepto, respirar lo Hygge, como significado de ser feliz por lo que vivimos, respiramos y promovemos; es decir, vivir desde la felicidad. ¡Esa felicidad que tú, maestro del alma, para tantos que sufrían!
Entonces, Antonio, doctor dl cuerpo y del alma, pensé por qué no intentar vivir, acorde a nuestra idiosincrasia; pero, desde la perspectiva de los conceptos Hygge (momento feliz), como tú viviste; ya sea en nuestras vidas personales, de familia y/o de sociedad toda. ¿Por qué no aplicar el paradigma Hygge en educación? Pensé bellamente en la felicidad de todos los estudiantes, en salas de clases que se generara ambiente, en la luz del conocimiento para todos ; promover la presencia del disfrute del aquí y el ahora privilegiando las emociones positivas, aún sin excluir las negativas; desarrollar el placer, de querer aprender para avanzar en la vida; igualdad para compartir las obligaciones y derechos, en tareas y tiempo de disfrute, desde el nosotros en vez del yo; promover permanentemente la gratitud, para recibir y agradecer cada momento; impulsar al interior de cada persona la espiritualidad de la armonía, sin competir; obviamente producir en los espacios educativos la comodidad, para disfrutar los procesos, aprendizajes y resultados; avanzar permanentemente desde la tregua, que significaría no competir , sino compartir y crecer desde la diversidad y la diferencia, sin agobios dogmáticos; acentuar en todos los actores los sentimientos de pertenencia desde la unión; construir relaciones sin acoso, ni violencia, como un bello refugio, que otorgue a la fsamilia un remanso de paz y seguridad.
Doctor para los desesperanzados, sueño que florecerán, algún día, como el cactus que florece en su mágica expresión creadora, las relaciones sociales desde la sana convivencia, y que así nos estaríamos acercando a una educación para la felicidad, que es lo distintivo de los habitantes de Dinamarca. Sí, los daneses son los líderes mundiales de la felicidad.
Antonio, poeta del Norte, el concepto Hygge, asociado a la educación, también es reflexión, sin competitividad, ni individualismo, que genere condiciones de igualdad, y ello produciría un compartir de tiempo y ambiente cálido, relajado, agradable, centrado, cercano, confortable, cómodo y acogedor, que aseguraría los sentimientos del amor, calidez y seguridad y mantendría a las amilias y la sociedad unida en un ambiente social de cooperación, confianza y amor,
Antonio, poeta del Norte, el gran drama de hoy es el alto grado de insatisfacción, infelicidad y desesperanza. Y si, los investigadores y científicos afirman que, para alcanzar la felicidad es pertinente construir calidad en las relaciones sociales, entonces os pido:
¡Santo varón, ayúdame a que el poder no apague las linternas y que, la luz del alma haga de las familias y organizaciones laborales, bellos centro de construcción de relaciones sociales en el amor...para la justicia y la felicidad universal!
un santo para antofagasta