José Luis Ramírez M.
Un mes antes que el Ejecutivo ingresara a trámite el proyecto de Ley de Migración, el jefe del Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior, el DC Rodrigo Sandoval, formalizaba su salida del cargo.
Fue una acción que muchos veían venir debido al aislamiento en que había quedado el funcionario tras la salida del ministro Jorge Burgos de Interior, con quien había formalizado un propuesta legislativa muy distinta a la que ahora se discute en la Cámara Baja.
Hoy, integrado al comando de la candidata presidencial Carolina Goic, Sandoval analiza con dureza la propuesta legislativa de La Moneda, calificándola como "coja" por no considerar una nueva institucionalidad y "desatender" las causas de la migración.
Según el exjefe de la unidad encargada del control y regulación de los extranjeros, la ley, en definitiva, no da respuesta a los desafíos que plantea el fenómeno que enfrenta el país y requerirá cambios profundos para tener viabilidad.
¿El proyecto que ingresó al Congreso es el que usted contribuyó a elaborar mientras era jefe del departamento?
-El proyecto que ingresó a la Cámara de Diputados es una versión corregida o rectificada, mejorada o empeorada, depende del punto de vista, de lo que era el borrador del proyecto que el ministro Jorge Burgos envió a los ministros de Segpres y Hacienda en febrero de 2016. Yo en particular creo que las distintas modificaciones que se hicieron lo transforman en un instrumento muy distinto al que se envió en esa fecha.
¿En qué cambió?
-Principalmente en lo referido a que se atenúan una serie de declaraciones y explicitaciones que se hacían en relación a compromisos en derechos humanos; en segundo lugar, se produce una vuelta atrás en lo que era establecer la unidad de una autoridad migratoria para efectos de la política de visado y, en tercer lugar, y principalmente, en lo que a mí me parece que es una deficitaria respuesta institucional a los desafíos que la migración implica, y que eran los que se suponía se intentaban enfrentar a través de este proyecto de ley.
Una deficitaria respuesta institucional dice, no le parece bien que se haya eliminado el servicio de migración que se proponía...
-El servicio en sí mismo no es un objetivo, sin embargo, en nuestra propuesta, el servicio venía a resolver cuestiones que van mucho más allá de lo que es la tramitación administrativa de los permisos. Efectivamente la propuesta presentada por el gobierno permite, en la medida que haya cierta disponibilidad presupuestaria asignada a la entidad encargada de su trámite, gestionar permisos de residencia, pero eso es dar una mirada parcial a lo que es el fenómeno migratorio y desatender lo que son las causas de la migración y los factores determinantes en el tipo de migración que llega a Chile (...) y por otro lado, adolece de herramientas de integración para la persona que ya ha consolidado su estatuto migratorio. Por lo tanto, yo diría que se trata de una normativa que ordena, precisa, rigidiza en algunos planos, la misma materia que ya atendía el decreto de 1974, pero que no extiende la regulación y la participación del Estado en el origen de la migración y las consecuencias que ésta tiene.
¿El Comité de Ministros que se crea no llena ese espacio?
-En la propuesta original existía un Consejo de Política Migratoria que estaba integrado por diez ministerios y que tenía un claro enfoque multidisciplinario para abordar la migración desde lo que es: un fenómeno social complejo, multidimensional (...) y ese consejo fue remplazado por un comité, y esta diferencia no es sólo semántica, porque en la conformación de este comité la multidimensionalidad se acaba y se da paso a una instancia con una mirada bastante cuestionable en términos de su amplitud, integrada sólo por Interior, Hacienda, Relaciones Exteriores y Justicia.
Uno a partir de la conformación se da cuenta que será una herramienta bastante miope en términos de los criterios que va a tener en consideración a la hora de abordar un fenómeno que es mucho más de lo que pueden entender esas carteras. El hecho que no esté Desarrollo Social, Salud, Trabajo, Educación, es precisamente porque en el diseño de esta institucionalidad no se comprende lo que es la migración.
Mirada
¿Por qué cree se desiste de este servicio de migración?
-Simplemente lo puedo atribuir a una mirada deficitaria de lo que es la migración, a una falta de los elementos técnicos y de haber escuchado a la academia y a los organismos entendidos en la materia, y que ya habían emitido un parecer en una instancia donde el Estado los invitó a participar, que fueron los consejos consultivos. Hay que recordar que por mandato del gobierno se realizó un proceso consultivo que arrojó determinadas conclusiones dentro de las cuales se encontraba contar con una institucionalidad como un servicio y con un órgano multisectorial como era el consejo. Y sin embargo esas pretensiones de la sociedad civil y la academia fueron desatendidas por este proyecto, y ahí los responsables políticos tendrán que dar sus argumentos.
¿Cuál es su punto de vista?
-Desde mi punto de vista, desde la mirada técnica que a mí me correspondía plantear, creo que es un error del proyecto de ley, y creo que durante su tramitación se va a constatar lo inviable que es una nueva ley de migraciones sin una institucionalidad como la que proponíamos. Servicio o no, lo importante es que exista una capacidad de respuesta institucional y esta mirada multidimensional que, como digo, no está presente.
Inviable, es decir, esta norma será letra muerta...
-Considero que este proyecto no será ley sin una indicación importante de parte del Ejecutivo. Si no existe esa indicación, no veo que pueda ser aprobado por distintas razones. Y yo advierto que aquellos factores que hacen inviable el proyecto tal como está, son materias que son iniciativa del Ejecutivo (...) Pero estoy confiado en que esas indicaciones o ese afán de corregir estará, si no en esta administración, en la que venga, porque en las condiciones en que está hoy este proyecto, no funciona, está cojo.
¿Así de complejo?
-Esto es más que un tema de la mirada que uno pueda tener sobre si se necesita un servicio o no, este proyecto tiene problemas de formato, de técnica legislativa que hacen que, insisto, sin indicaciones, sea inviable su implementación.
¿El tema de los costos influyó en que su propuesta fuera desestimada, se dice que aumentaba la burocracia estatal?
-En todo el tiempo que estuve participando en el proceso prelegistativo no existió ningún documento, antecedente, informe ni opinión formal de ningún actor del mundo de las finanzas públicas que pusiera en cuestión la viabilidad financiera de nuestro proyecto, así que quienes afirman que ese era un problema tendrán que demostrar en qué información basan ese juicio (...) Lo que puedo afirmar es que lo que sí había eran informes que decían que la cantidad de recursos nuevos que se necesitaban para implementar la ley de migración, incluyendo el servicio, era no superior a los $4 mil millones, lo que es una cifra bastante acotada si se considera que el Departamento de Extranjería y Migración recauda sólo en derechos más de $26 mil millones al año.
Migrantes
Organizaciones de migrantes han planteado su desacuerdo con la mirada "de seguridad" que se plantea en el proyecto, razonamiento que comparte Rodrigo Sandoval.
Para el abogado, la concentración de atribuciones en la Subsecretaría del Interior marca un punto que no se debe pasar por alto, y que pone en tela de juicio lo que se declara respecto al reconocimiento de ciertos derechos del migrante y de la influencia del "clima" en que se gesta la propuesta final del Ejecutivo. Ambos aspectos igual de graves, a su juicio.
¿Desde el punto de vista del migrante, qué escenario enfrenta con este proyecto de ley?
-La situación de los migrantes no se verá mejorada con este proyecto de ley. Este proyecto tiende a rigidizar en buena parte una serie de categorías de ingreso que existen. Por otro lado, desde el punto de vista de los formatos migratorios, mantiene muchos de los que tenía el borrador original y que estaban concebidos en función de la existencia de una institucionalidad migratoria que tuviera capacidad para ir ocupando estos distintos formatos. Por eso cuando se saca la institucionalidad, estos formatos quedan en el aire y surge la duda de cómo se va a ocupar este juego de permisos.
Si nosotros tomamos en cuenta que en lugar de crear esta institucionalidad, el proyecto entrega a la Subsecretaría del Interior buena parte de las herramientas de decisión migratoria, lo que uno debiera preguntarse es si un subsecretario del Interior va a ser evaluado por lo bien o mal que lo haga en materia migratoria, o por lo bien o mal que lo haga en materia seguridad. Y eso marcará el sesgo de la gestión que se haga. A mi juicio eso merece cuestionamiento.
¿Influyó en el proyecto el clima que había y esa asociación tan fuerte que se hace entre migración e inseguridad?
-No estoy en condiciones de hacer esa calificación, pero sí puedo decir que los gobiernos no están para ser un mero termómetro del ambiente. Los gobiernos están para liderar, y sería bastante penoso que se constatara que fuera cierto lo que planteas. Es decir, si un gobierno legisla o propone iniciativas sólo en razón de lo que está en el termómetro electoral, ese gobierno no está haciendo bien su trabajo.
"Considero que este proyecto no será ley sin una indicación importante de parte del Ejecutivo. Si no existe esa indicación, no veo que pueda ser aprobado por distintas razones"."
¿A qué obedeció su renuncia al departamento?
-Mi renuncia se debió principalmente a que yo desarrollaba mis funciones a partir de ciertas capacidades y competencias, pero también de ciertas convicciones que ponía al servicio de quienes me habían contratado y que, por tanto, esperaba y plasmar en sus decisiones. Cuando yo constato que esa forma de ver las cosas, esos argumentos técnicos, dejaron de ser atendidos y considerados para una serie de cuestiones vinculadas a la gestión migratoria, lo que correspondía era dar un paso al costado y dejar que fueran personas que sí tienen esa afinidad política-técnica quienes ocupen ese espacio.
¿Cómo constata esa pérdida de confianza?
-No fui consultado en medidas administrativas, no se compartía el criterio que yo señalaba y respecto a la propuesta legislativa, dejé de ser parte del trabajo. Además lo yo sabía de ese trabajo no era lo que pensaba que corresponde o es mejor para Chile. De esa manera, no estaba en condiciones de respaldar o dar un apoyo técnico a una decisión administrativa y legislativa que no comparto.
¿Está tranquilo con eso?
-Sólo decir el que el tiempo dirá cuáles eran las motivaciones o cuáles serán los resultados de lo que cada uno de nosotros, dentro de sus campos de acción, planteó (...) Hoy tengo el convencimiento que lo que hace la propuesta legislativa es mantener el status quo en términos que seguirá siendo el mercado el defina los patrones con que se llevan a cabo los ejercicios migratorios en Chile, y eso significa no sólo una pérdida de oportunidades para Chile, también una pérdida de la capacidad de protección del Estado respecto de las personas que están en el país.
"Seguirá siendo el mercado el que defina los patrones migratorios"