La aproximación a instancias sociales de definición, normalmente, traen consigo simplificaciones conceptuales que pretenden hacer más fáciles las opciones a considerar, pero esto, lejos de ayudar, termina transformando los debates en contrapuntos que no son reales.
En el caso de la minería, se está tratando de instalar la maniquea opción de los que están a favor o en contra de esta actividad productiva simplificando el debate hasta el absurdo, trasladándolo, además, a una suerte de opción de los que están por el crecimiento y los que no. Las acusaciones, de sectores particularmente ligados al empresariado, se dirigen hacia el ministro de Medio Ambiente que a partir de criterios de sustentabilidad ambiental se opuso al proyecto Dominga, ergo, es anti crecimiento y fundamentalista en el ámbito de la contaminación. Éste pareciera ser, lamentablemente, el argumento del ministro Rodrigo Valdés.
Si el argumento lo miramos a la inversa podríamos aludir a la irresponsabilidad de la ministra de Minería que en conocimiento de las falencias medio ambientales, aun así aprueba el proyecto. Ergo es a rajatabla pro crecimiento y negligente en el ámbito de la contaminación. Enunciado particularmente grave dado que ella conoce exactamente los costos medio ambientales de la actividad en su región de origen. La nuestra.
¿Será ésta la forma adecuada de entender los fenómenos a los que nos estamos enfrentando? O constituyen falsos dilemas que pretenden dibujar la realidad sólo a partir de buenos y malos como una suerte de catecismo que simplifica e inhibe para llegar al fondo de los temas confiando en el criterio de los ciudadanos que ya, hace tiempo, han superado esta lógica de matiné con películas de cowboys donde John Wayne era el bueno y los indios, siempre, los malos.
La atracción por lo simple, esa suerte de minimalismo en el plano de las ideas, no hay que olvidar, tiene precio y puede ser alto. Quizás sería bueno complejizar un poco la cosa y preguntar: ¿Quién crece cuando se dice crecer? ¿Quién se contamina cuando contaminan? ¿Cuándo se crece crecemos todos, cuando se contamina nos contaminamos todos? ¿O unos más y otros menos?
¿Y eso a partir de qué criterios? Y así poder avanzar, en el plano de las decisiones que se avecinan, con un poco más de información.
César Trabucco
Sociólogo y académico Universidad de Antofagasta