Con 15 muertos y un centenar de heridos terminó el ataque terrorista en Barcelona, España, que fue autoadjudicado por el Estado Islámico, una organización que ha hecho sucesiva noticia por sus atentados en diferentes ciudades europeas.
A esta altura no cabe duda que el Viejo Continente está siendo sacudido, prácticamente cada mes por algún atentado atribuido a este peligroso grupo fundamentalista.
¿Qué busca el Estado Islámico? Establecer un califato, vale decir, la proclamación de un Estado regido por el sistema religioso musulmán, una lectura absolutamente extrema del Corán y las enseñanzas de Mahoma. En esto hay que ser claros: el Islam no es una religión que aliente el odio, tampoco el Cristianismo u otras denominaciones, pero muchas veces, interpretaciones erróneas o parciales terminan en violencia.
El Estado Islámico tuvo mucha relación con Al Qaeda, la organización dirigida por Osama Bin Laden, y desde hace algunos años ha tenido resonados triunfos en Irak y Siria, más los sabidos ataques en España, Alemania, Inglaterra, Bélgica, Suecia y Dinamarca, entre otros.
La agrupación fundamentalista está en guerra con Occidente, con los infieles y eso es lo que debe aquilatarse para sopesar la magnitud del problema agravado por una forma de conflicto absolutamente inusual: Los ataques ocurren contra civiles, en cualquier parte y usando impensados medios para generar daño y sobre todo pánico.
No se trata sólo de matar, sino de causar terror.
Debe enfatizarse que este tipo de acciones, implican que tales ataques son mas difíciles de prever y atender, lo que genera obvias dificultades para los gobiernos y organismos de seguridad.
Occidente -lo hemos dicho- tiene una historia, valores, principios que han costado siglos de esfuerzo. El derecho a voto, la libertad, el respeto a la mujer, todo eso está en riesgo. No es una cuestión de las potencias, sino de todos los países que componen esta parte del globo. No contra Medio Oriente, sino contra el radicalismo que está dispuesto a todo para destruir los cimientos de nuestra cultura.