"Predominio del temor"
periodista
deportivo
El comienzo del torneo profesional le ha restado estruendo pero el tema es complejo. Fundamentalmente, por la amenaza que surge instantánea como réplica a la acción explicable de un club afectado por una disposición reglamentaria.
Me refiero a la situación del club Barnechea y su recurrencia a un tribunal de nuestra institucionalidad ante su marginación de una competición a la que había accedido por resultados deportivos.
Bastó la resolución adversa a la ANFP para que desde su interior surgieran voces que anunciaban consecuencias negativas que para la selección nacional y su eventual participación mundialista por dicha acción, si bien para evitar el desacato optaron por acoger la decisión.
Y es que FIFA se ha autogenerado un manejo tan absoluto de la actividad que rechaza cualquier acción ante la justicia ordinaria de un país aplicando sanciones dentro de sus límites futboleros a quienes recurren a ese paso. Increíble. Pero sobre todo sorprende el acatamiento irrestricto a un marco tan amplio en sus consecuencias que abarcan, incluso, rubros distintos a la causa original.
Así aconteció durante largos años con el atraso que los clubes mantenían en el pago de sus sueldos a jugadores y técnicos. Sin embargo, una vez que se perdió el miedo y algunos profesionales de la actividad optaron por el camino lógico para recobrar lo que les pertenecía nada pasó. Un abogado joven, César Suárez, fue quien tomó la bandera en estos casos con el apoyo del Sindicato para alcanzar buen éxito en sus demandas acogidas por nuestra magistratura. Nada aconteció porque si FIFA hubiera estirado sus tentáculos habría sido aberrante.
Por eso, las temerosas declaraciones directivas recientes desconciertan. Más atinado habría sido anunciar el fin del pago absurdo de 1200 millones de pesos que prevalece por sobre lo que debe imperar siempre en una competición deportiva: los resultados en cancha.
Era más lógico.Y justo.
Tito
Norte