Hoy se celebra el "Día del Niño" y probablemente uno de los regalos más comunes serán los artículos electrónicos, como consolas de videojuegos, tablet o celulares.
Pero los especialistas llaman a estar alertas con este tipo de artículos, ya que en exceso, o a edades inadecuadas, pueden tener consecuencias negativas en sus usuarios, como trastornos alimenticios, del sueño y problemas sociales.
El neurólogo infantil del Hospital Regional, Jaime González, explicó que los aparatos tecnológicos son naturales para nosotros, pero no para el cerebro. Por ende, si los niños son expuestos desde muy pequeños a ellos, sus cerebros comienzan a codificar en relación a pantallas y a perder habilidades cognitivas, sociales y de aprendizaje.
"El cerebro se empieza a hacer adicto a las pantallas y al pasar, eso se comienzan a reforzar circuitos propios de la adicción. Y el niño solamente querrá ver sistemas de pantallas y de juegos", detalló.
El profesional sostiene que el efecto negativo más evidente es que los niños comienzan a perder habilidades sociales y a dejar de salir con amigos o compartir con otras personas.
"En el fondo hay un trastorno. Si bien no existe un daño físico en el cerebro, hay funciones alteradas y eso es demostrable", afirma.
El especialista dice que la sociedad médica recomienda que antes de los dos años, los niños no sean expuestos a ninguna pantalla.
"Recibo muchas consultas de bebés que no pueden dormir, porque los papás duermen con los televisores encendidos o los hacen ver videos en el celular, es decir, los fuerzan a tener una visión muy cerca de la pantalla. Antes de los seis años, los ojos no están maduros, por tanto, si colocas un celular a 15 ó 20 centímetros del ojo, se producen alteraciones de la visión", detalla.
Además, manifiesta que después de los dos o tres años, el niño pierde movilidad.
"Si el menor es hiperactivo e iba a ser delgado, le quitas cuatro ó seis horas de actividad física y suben de peso. Además empiezan a comer y a tener sedentarismo. El Pokémon Go sacaba a los niños (el juego los obligaba a caminar) y eso fue muy bueno, pero duró poco", explicó.
Etapas
En tanto, la psicóloga infanto-juvenil, Lesly Prieto, afirma que este fenómeno es una especie de programación cultural que resulta innegable, pero existen ciertos efectos que se deben tener en cuenta.
"Hay incluso consecuencias a nivel físico, porque los niños dejan de lado ciertas capacidades motoras, como el 'movimiento pinza', por estar con el dedito en la pantalla, algo que los papás celebran mucho, pero que no cumple con las etapas evolutivas que corresponden", precisa.
Otro problema se relaciona con la exposición a la cantidad de estímulos que vienen en una tablet, en la pantalla del computador o de la TV. Por ejemplo, estímulos visuales, que son rápidos, con colores muy vivos y a la vez auditivos.
"Entonces hay una activación muy alta en un tiempo acotado y el cerebro de los niños no está completamente maduro como para poder tomar toda esta información y manejarla, como lo hace el cerebro de un adulto", explica.
La sicóloga precisa que existen estudios que señalan que los niños pequeños que están muy expuestos a este tipo de tecnología pueden desarrollar hiperactividad, porque el cerebro está siendo constantemente activado visualmente, pero no físicamente.
"No es un juego real en el cual ellos tienen que correr, tienen que tomar los juguetes o hacer juegos de roles, es solamente estar quietos físicamente frente a una pantalla, lo cual tampoco es positivo", subraya.
Internet
Lesly Prieto comenta que se debe tener especial cuidado con los contenidos a los cuales los menores tienen acceso.
"Sucede que los cuidadores o los padres no supervisan lo que están viendo, y es ahí donde linkean contenidos que no corresponden. Si los adultos entramos a ciertas páginas, y se abren mil otras que tienen pornografía, juegos y un sinfín de cosas, los niños menos van a poder filtrar eso", sostiene.
La profesional menciona que no se trata de negar la existencia de los aparatos tecnológicos y los videojuegos, pero sí de poder manejar los tiempos y supervisar.
"Si vamos a lo ideal, es que los niños no tengan acceso a estas tecnología tan pequeños, pero si vamos a lo real, yo creo que el 99,9% de los menores tienen acceso, entonces el tema es que eso no influya en su calidad de vida y que no disminuya el contacto con otros niños", manifiesta.
Prieto explica que los videojuegos pueden tener ciertos beneficios, como estimular la concentración en un objetivo específico, o mejorar la rapidez visual y la coordinación, pero la clave está en equilibrar el tiempo que se dedica a ellos y a otras actividades.
"Si hay un niño que está muy expuesto desde pequeño, sin control absoluto del tema de los videojuegos, puede que no desarrolle capacidades para resolver ciertos problemas propios de su edad, la tolerancia a la frustración y la expresión emocional adecuada", agrega.
Recompensa
El doctor Jaime González dice que se pueden utilizar los sistemas tecnológicos como recompensa y no dejar que los niños se sientan dueños de los aparatos y que pueden estar todo el día con ellos.
"Una vez que cumplan con sus deberes se les puede dar el privilegio de estar con estos aparatos", aconseja.
Y respecto a los tiempos, recomienda que no pasen de una a dos horas, y que en época escolar no los utilicen de lunes a jueves o durante la noche, porque altera el sueño.
"Yo les recomiendo a los papás que entre los tres y cinco años usen el celular en momentos que no haya sociabilización, por ejemplo, en el auto, en una sala de espera o cuando tienen que hacer un trámite", puntualiza.
ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA LOS PADRES Obesidad y sedentarismo también acechan a los menores
La académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello, Carmen Gloria Fernández, asegura que pasar tantas horas en actividades estacionarias influye en el gasto energético de los niños. Por otra parte, indica que las pantallas están llenas de publicidad que impacta en el consumo de la población y, por supuesto, en los niños. "Entre ellos, está el de la comida chatarra, snacks y comida poco saludable. Además, es muy frecuente el consumo de alimentos poco saludables al estar frente a estos aparatos. Y todo, en su conjunto, facilita la expresión de la malnutrición por exceso, sedentarismo, con las ya conocidas consecuencias de enfermedades crónicas, como diabetes, hipertensión, y colesterol elevado conducente al infarto y otras enfermedades cardiovasculares", detalla. La académica dice que es difícil dar recomendaciones a padres cansados, que trabajan muchas horas diarias y cuando los barrios no favorecen el desarrollo de otras actividades. Sin embargo, planteó que lo más importante es hablar con los niños y llegar a ciertos acuerdos, dejando en claro que no es un castigo, sino que medidas que apuntan al cuidado de la salud.