Daniel Contreras Palma espectáculo@mercurioantofgasta.cl
Quienes desconocen la historia de Antofagasta jamás imaginarían que en el sector de Caleta Coloso, ubicado a unos 20 kilómetros al sur de la ciudad, en algún momento contó con dos escuelas, una plaza, un cine, un cuartel de policía, una pulpería, un hotel, un cuerpo de bomberos, servicio de alumbrado público, servicio de agua potable y servicio telefónico, entre otros.
De aquella época de apogeo, impulsada por la construcción del puerto de Coloso en 1902 como alternativa al colapsado puerto de Antofagasta, solo sus habitantes y su historia siguen en pie.
Pasado y presente. Dos épocas retratadas de este bastión de identidad y patrimonio en la voces de sus propios habitantes es lo que propone "Coloso, ayer y hoy", el nuevo libro que lanzará la Corporación Proa el próximo 11 de agosto en Fundación Minera Escondida.
Un proyecto de largo aliento que fue encabezado por el historiador Floreal Recabarren y la periodista Pamela Ramírez.
Auge y caída
La publicación, dividida en dos capítulos, aborda los primeros años de este puerto y su asentamiento a partir de 1906, hasta su declive tras la crisis del salitre que afectó fuertemente a Caleta Coloso. Mientras que la según parte del texto retrata la actual vida de sus pobladores a través de sus propias historias.
"Este proyecto se enmarca en la historia de Coloso desde que se instala ahí un puerto para la exportación de salitre y el poblado de Coloso, que dura unos veinte años hasta que explota la crisis salitrera. Trabajo que estuvo a cargo de Floreal Recabarren. Luego tenemos un segundo capítulo sobre la historia actual de Coloso desde 1968 cuando se instalan los primeros buzos mariscadores. Son entrevistas en profundidad realizadas a más de veinte personas. La idea es que la voces de las personas cuenten la historia", explicó Pamela Rodríguez, presidenta de la Corporación Proa.
En sus años de bonanza Coloso llegó a albergar a más de 5 mil habitantes. Actualmente, son cerca de cien las familias que aún mantienen en pie esta localidad a punta de esfuerzo y tesón, desempeñándose en diversas labores relacionadas con la actividad marina.
"El libro recopila historias maravillosas de la gente de Coloso. Una que me llamó la atención fue la de Manuel Villalobos que llega como buzo mariscador a los 19 años. Él parte en Los Vilos a los 14 años mariscando, buscándose la vida en un Chile que en esa época era muy pobre. Estamos hablando del año 1968. Así recala en Coloso sin pensar en hacer su vida ahí, ya que la mayoría de los mariscadores son nómadas yendo de caleta en caleta. Finalmente Manuel decide hacer su vida en este pequeño asentamiento llegando a ser dirigente de la junta de vecinos por 20 años", enfatizó la periodista.
Otra de las historias que destaca el libro tiene que ver con aquellas madres que obligadamente debían caminar cerca de dos horas desde caleta Coloso hasta la ciudad de Antofagasta para llevar a sus hijos al colegio ante la falta locomoción, dando cuenta así del sacrificio que realizaron muchas familias por continuar viviendo en este sector apartado del radio urbano.
"La gente que hoy vive en la Caleta Coloso ha cambiado mucho con el tiempo. Hay muchos profesionales en diversas áreas como profesores, biólogos marinos, periodistas y diseñadores. Hoy Coloso se proyecta al futuro pensando en el turismo", sostiene Rodríguez, quien fue la encargada de recopilar las historias de vida que aparecen en el libro.
Pese a que la localidad de Coloso ha avanzado en los últimos años, aún siguen conviviendo con problemas tan básicos como el transporte.
Un aspecto importante que también mueve a la gente de Coloso es su fervor religioso, especialmente su devoción por la fiesta de San Pedro, patrono de los pescadores.
Exposición
Además de la publicación del libro y de forma paralela se montará una exposición fotográfica con 15 imágenes capturadas por el lente de Magaly Visedo Soriano.
"Mi trabajo se enfocó en la realización de los retratos a las personas entrevistadas, fotos generales de Coloso, pero también fotos a conceptos que se encuentran en el libro, los primeros habitantes del puerto, la infancia, el trabajo, la importancia de las mujeres y la creencia religiosa, y de todas esas fotos que se tomaron, que más o menos fue un trabajo de 6 a 8 meses, intermitente, elegí las que personalmente me gustaban más y que también podían construir un relato en sí mismo. Es por eso que las fotos de la exposición se encuentran divididas en dos ejes, que es el fervor religioso y su importancia en la comunidad, y la vida misma de la comunidad centrado en su trabajo", puntualizó la profesional.