"Los sistemas de salud de todo el mundo deben dar un giro hacia el adulto mayor"
Rafael Montoya Juárez es profesor del Departamento de Enfermería de la Universidad de Granada del (España), y hace unos días realizó una clase magistral en la Universidad Santo Tomás de Antofagasta sobre su investigación titulada "Fin de vida en el adulto mayor cuando viven en residencias de ancianos".
El tema no es ajeno a la realidad del país ni de la región, donde el 12% de la población son adultos mayores, quienes reclaman por la carencia de políticas públicas que aborden las necesidades en esta etapa de la vida.
En esta entrevista, Rafael Montoya da cuenta de la necesidad que hay en todo el mundo de contar con profesionales que se dediquen a los cuidados paliativos de los adultos mayores, para así mejorar la calidad de vida de este creciente segmento de la población.
¿Cómo nace la idea de crear este proyecto?
-Se hablaba mucho de la idea de que las residencias son lugares habituales donde fallecen los adultos mayores. Hay que recordar que en los asilos viven personas con alta dependencia, que padecen patologías crónicas, deterioro cognitivo, demencia, entre otras cosas.
¿A qué conclusión llegó?
-Hay una gran potencialidad en las residencias para atender al final de la vida, porque muchas veces la filosofía de los centros coincide con los cuidados paliativos, sin embargo no se ha llegado a unos estándares de calidad como el control de síntomas, toma de decisiones o aspectos sicológicos y sociales en los últimos días de los adultos mayores. También hay una importante escasez de recursos y personal. Faltan recursos técnicos (de formación) y materiales básicos para atender a un paciente.
¿Estos problemas también se repiten en Chile?
-Las personas que más mueren son los adultos mayores y eso pasa también porque no los estamos atendiendo bien. Por ejemplo, en enfermedades como el cáncer, ¿dónde pones el punto para atender a la persona en el final de la vida?, ¿cuándo empiezan los cuidados paliativos? Ellos tienen mucha fragilidad y las personas no saben hasta qué punto seguir presionando para que la persona aguante un tiempo más. La gente piensa en curar pero no en atender los síntomas y que de esta manera mejore su calidad de vida. Lo importante es que ellos tengan una dignidad en el final de la vida. Estamos fallando en la atención al adulto mayor.
¿Hay alguna posibilidad que este mismo estudio se replique en Chile, considerando que el país está envejeciendo?
-Este tema es de interés mundial. A nivel europeo es un tema muy importante. En Chile se podría hacer siempre que haya interés por replicar este tipo de metodología, que es muy adaptable en el entorno.
¿Cree que hacen falta profesionales ligados al adulto mayor?
-Sí, deben existir cuidadores que sepan atender a un adulto mayor. El empoderamiento de los cuidadores es fundamental porque nadie te enseña a cuidar, a no ser que seas un enfermero o auxiliar de enfermería. Nadie te enseña a ser el sostén emocional del paciente. A veces son los familiares quienes se hacen cargo y no tienen conocimientos para, por ejemplo, manejar una sonda u otros utensilios. Para eso es importante que existan profesionales que sepan gerontología. La gente habla mucho de cardiología u otras especialidades, pero el cuerpo de un adulto mayor no funciona igual que alguien más joven.
También deben mejorar las políticas públicas para los pacientes adultos mayores...
-Los sistemas de salud de todo el mundo deben dar un giro, como cuando le das la vuelta a un calcetín, porque ahora mismo están enfocados en el cuidado de la enfermedad aguda, pero viene un tsunami de cronicidad.
Hoy casi todos los enfermos son crónicos, pero se privilegia mucho la atención a las enfermedades en los hospitales. Hay que darle más cobertura a las residencias de ancianos. Hay que replantearse más cosas respecto a ello.
¿Hay responsabilidad en las universidades también, en el sentido que deben aumentar su oferta de especialidades?
-Sí, pero no creas que esto sólo pasa en Chile, en España también pasa. Faltan profesionales y no se dan asignaturas de gerontología o cuidados paliativos. En España sólo en cuatro universidades dictan este tipo de especialidades. No se está preparando a los profesionales para asumir este cambio que viene.
¿Y cómo podríamos cambiarlo?
-Vaya pregunta. Desde mi perspectiva y desde mi vereda sólo puedo aportar datos y evidencia científica. Lo que te puedo decir es que si tú entregas recursos para las residencias, éstas pueden funcionar y atender muy bien. Lo que pasa es que en los países no se están evaluando las políticas públicas para saber si están funcionando.
Hay que destacar que la población está envejeciendo, ¿qué explica este fenómeno?
-Los países están envejeciendo en el mundo occidental, porque los otros países no están envejeciendo. Las mejoras en la calidad de vida hacen que las personas puedan alcanzar una mayor edad. Por otro lado, el ritmo de trabajo hace que las personas pospongan la maternidad y la paternidad. Nuestra meta no debe ser tener más población joven, sino más bien que las personas de 55 años hacia arriba, lleguen a esa edad en perfectas condiciones.
¿Piensa que debe replantearse la edad de jubilación también?
-Claro. Si la mente está activa, ¿por qué no?.
"Ellos (adultos mayores) tienen mucha fragilidad y las personas no saben hasta qué punto seguir presionando para que la persona aguante un tiempo más. La gente piensa en curar pero no en atender los síntomas y que de esta manera mejore su calidad de vida"."