Cristian Castro Orozco
Desde hace pocos meses que los niños de un campamento gitano del sector La Chimba cuentan con un particular 'parque de diversión?, que corresponde a la estructura calcinada de un automóvil marca Hyundai Accent.
Este inutilizable vehículo es ocupado por los pequeños gitanos para sus juegos e incluso lo ofrecen como chatarra a quienes transitan por los alrededores del campamento, por sólo cien mil pesos.
Pero por las noches el panorama es distinto. Al interior de la deteriorada carrocería, sobre los restos del chasis, una variedad de velas de colores evidencias que la chatarra constituye una especie de santuario para la familia de un antofagastino, que justo un sábado 22, se esfumó de sus vidas.
90 días
Hoy se cumplen tres meses desde la desaparición de Lester Díaz Navarrete (35), quien la noche del 22 de abril pasado, después de jugar un partido de fútbol con uno de sus hermanos y algunos amigos, pidió prestado $50 mil, echó su bolso deportivo al maletero de su móvil y partió con rumbo, hasta ahora desconocido.
La investigación para dar con el joven -o al menos crear una hipótesis sobre su ubicación- es efectuada por la Brigada de Homicidios (BH) de la Policía de Investigaciones (PDI), en coordinación con la fiscal Ana María Escobar.
Hasta el cierre de esta edición, desde la institución informaron que seguían investigando este caso.
Búsqueda
No obstante, para la familia de Díaz Navarrete, la pieza principal del puzzle sigue ahí, a 30 metros del campamento de los gitanos cercano a la caleta La Chimba, en donde aún se hallan los restos del vehículo que condujo Lester la última vez que fue visto.
Que apareciera su auto completamente quemado fue el primer indicio que alertó a su s cercanos, quienes reconocen que en algunas oportunidades, el mecánico solía "perderse" algunos días cuando salía a compartir con amistades.
"Lester era tranquilo, piola, quitado de bulla. En sus ratos libres le gustaba pasar el tiempo con su familia y escuchar música hip-hop, le gustaba mucho eso. Pero era un hombre muy hogareño. Por eso no creemos que su desaparición haya tenido que ver con 'ajustes de cuenta' o algo por el estilo", dijo su hermana, Yeisi de Aguirre Navarrete.
Cronología
En su Facebook, sale un sonriente padre de familia. Su última actividad en la red social (al menos la que aparece visible al público) consta del 21 de marzo, casi un mes antes de su desaparición. Ahí subió como foto de portada una imagen suya junto a su hija.
Para esa fecha, Lester visitó a su hermana Yeisi. Ella dice que llegó a la hora de almuerzo para "hablar", por lo que ambos se instalaron en el living y comenzaron a dialogar.
"En ese tiempo estaba muy aquejado por problemas personales del índole sentimental. Por eso creo que comenzó a salir, para despejarse un poco, pero no era de carretes salvajes. Siempre fue muy tranquilo", aseguró Yeisi.
Una semana antes de su desaparición, Lester invitó esta vez a comer a su hermano menor, Nefi Aguirre, a su casa ubicada en el sector Altos Club Hípico, en el sector norte de Antofagasta.
"Estaba sólo él, mi sobrina (hija de Lester) y yo. Nos servimos unos platos de pescado con arroz y tomate. Ahí me comenzó a hablar mucho sobre la palabra de Dios, y me decía que estaba siguiendo sus pasos", explicó su hermano.
Si bien sus cercanos comentaron que Lester no iba a la iglesia, sí mantenía una estrecha relación con la fe cristiana y se interesaba en las lecturas bíblicas.
Una semana después de ese almuerzo desapareció Lester. Trascendió que la última vez que fue visto, después del partido, se encontraba en una shopería del sector centro. Horas más tarde, una explosión despertó a un grupo de gitanos en La Chimba.
"Fue un golpe que hizo retumbar el suelo. Nos levantamos y vimos que una lengua de fuego iluminaba todo el campamento. Después llegaron los bomberos y terminaron con ese dantesco show", contó Yahairo, testigo del incendio.
Si bien las pesquisas aún son materia de análisis, fuentes allegadas a la investigación detallaron que es imposible que el móvil se incendiara por una falla eléctrica, dado a que la carrocería evidencia la acción de acelerantes y combustibles.
Apenas apareció el auto quemado, comenzó a circular por redes sociales mensajes de la familia pidiendo información para ubicar al joven.
Tragedia
Su madre Luisa Navarrete, quien residía en Valparaíso, dejó un tratamiento contra el cáncer para apoyar la búsqueda de su hijo. Lamentablemente falleció el martes 13 de junio, sin ver a su hijo de vuelta. Horas después fue hallado en su casa sin vida el padre de Lester, Pedro Aguirre.
La pareja de Lester, Nevenka Yutronic, aseguró que hasta el momento no ha recibido información por parte de la institución que realiza las pesquisas del caso.
"Todas las pistas llevan al auto, pero de ahí no sale nada. Si no nos dan mayor información, tomaremos otras alternativas las cuales ya estamos contemplando, pues necesitamos respuestas, necesitamos de vuelta a Lester", comentó.
En marzo de este año, la Corte de Apelaciones de Antofagasta reabrió la investigación por la desaparición de Kurt Martinson (en la imagen), cuyo rastro se perdió en noviembre de 2014 en San Pedro de Atacama. Hasta hoy no hay pistas sobre el paradero del joven. También en enero de este año se cumplió una década desde la desaparición de la estudiante Daniela Trigo en Calama, quien desapareció desde su hogar en enero del 2007, cuando apenas tenía 13 años. Ambas desapariciones siguen constituyendo una incógnita para los investigadores.
22 abril desapareció Lester Díaz Navarrete. La noche de ese sábado fue visto por última vez compartiendo en una shopería del sector centro. Horas más tarde apareció su auto calcinado.
13 junio falleció la madre de Lester, quien viajó desde Valparaíso, incluso abandonando un tratamiento contra el cáncer para sumarse a la búsqueda de su hijo.
14 años de relación levaba Lester con su pareja, Nevenka Yutronic, con quien tenía una hija. Yutronic asegura que aún no han tenido noticias sobre la investigación.