Corregir el camino hacia el futuro
Desde el punto de vista económico, varias de las medidas de los últimos años son cuestionables, como los mismos ataques al modelo, lejos el más exitoso de la historia. La clasificadora S&P rebajó el rating soberano de Chile de AA- a A+, y la dejó en una perspectiva "estable" y el de la deuda en moneda local, de AA a AA-. Se trata del primer retroceso en 25 años del rating soberano del país.
Chile sufrió la semana pasada con una noticia que ya se anticipaba: La agencia Standard & Poor's -S&P Global Ratings- rebajó la nota crediticia del país ante un mayor deterioro de las finanzas públicas.
"Evidentemente es una mala noticia", dijo Rodrigo Valdés, ministro de Hacienda y lo mismo hicieron expertos en la materia.
Se trata de un "castigo" inédito para el país en los últimos 25 años, pero como se explicó, estaba lejos de ser una sorpresa.
Standard & Poor's comentó que "la rebaja refleja un prolongado crecimiento económico bajo que ha perjudicado los ingresos fiscales, la contribución del aumento de la deuda del Gobierno y la erosión del perfil macroeconómico del país". "Esto ha dado lugar a un modesto aumento de la vulnerabilidad de Chile a los shocks externos", añadió.
En efecto, Chile ha registrado desempeños mediocres en los últimos años, con crecimientos del PIB muy por debajo del potencial existente: En 2014 la expansión llegó al 1,9%; en 2015 al 2,3%; en 2016 al 1,6% y se estima que este ejercicio terminará en torno al 1,5%, números insuficientes -por ejemplo- para eliminar los bolsones de pobreza más graves, crear más puestos de trabajo y menos para saltar al desarrollo.
A lo anterior se agregan los persistentes déficit fiscales. S&P estimó que la deuda bruta llegará este año a 25,7% del PIB y a 28,5% el 2019.
Las señales aquí son claras. Seguir aumentando el gasto no es en absoluto aconsejable y estamos a tiempo para leer lo que el mercado nos está diciendo para corregir el rumbo tomado en los últimos años, con políticas que poco aportan al emprendimiento y siguen insistiendo en un rol excesivo de lo público.
Chile tuvo un camino claro, del cual hubo consenso y que tiene resultados categóricos que mostrar. De eso no cabe ninguna duda. Las modificaciones y cuestionamientos a ese desarrollo son -lo hemos dicho- una equivocada lectura respecto a lo que reclaman los chilenos de hoy y de lo que el país necesita.
Debe insistirse: Debemos aquilatar lo que tenemos y pensar en las oportunidades que están en el mundo.