¿Cómo era Antofagasta?
¿Se ha preguntado usted, cómo era nuestra ciudad hace 110 años, cuando iban a cumplirse recién 9 de la llegada de Juan López?
Podemos responder gracias a un informe de Matías Rojas Delgado, Alcalde de Antofagasta por nueve años, el político que estuvo más cantidad de tiempo en ese cargo durante el siglo XIX. Dicho informe estaba dirigido a una autoridad de Cochabamba, fechado en 1875. Aparece en el número reciente de "Cuadernos de Filología" (18-19), de la Universidad de Antofagasta. Leyendo las noticias del distinguido ingeniero y también periodista chileno, redactor de "El Caracolino", quien escribió muy interesantes artículos sobre la industria minera y salitrera de esta región y sobre varios tópicos y que tanto bien logró para Antofagasta, el joven puerto de entonces, sentimos que algo de nosotros se nos escapa al ayer, proporcionándonos un júbilo de actores de los otros tiempos que prepararon los actuales.
¿Cuántos antofagastinos había? He aquí la cifra exacta: 5.972 habitantes. Pero el cálculo oficial fue de 5.384, de los cuales eran varones 3.028 y mujeres, 2.356, constatándose ya la superior cantidad de chilenos que lo poblaban: 4.530. En 1879, el 86% de la población de Antofagasta era chilena.
La situación exacta del puerto, ofrecida por las observaciones del "Abtao" de la Marina de Chile era: 23º - 41º - 4" latitud sur y 70º - 25º - 2" longitud oeste de Greenwich. De lo que es la ciudad, Rojas no se hace lenguas, pero reconoce la bondad y sencillez de su iglesia, su aduana, su hospital, su lazareto y cementerio, que nació laico, "ciñéndose en esto a la Ley fundamental que consagra un culto libre de las colonias". Se disponía de un teatro, la plaza se comenzaba a hermosear, su muelle exigía nuevas construcciones, destacándose "la máquina de amalgamación de la Sociedad Beneficiadora", la primera de Sudamérica. Matías Rojas insiste en sus ventajas: cuenta con bomberos y clubes sociales, tres establecimientos educacionales y un gran empuje en cada uno de sus hijos. ¡Era la certeza de un claro porvenir!
Andrés Sabella, 31.01.1985