Hombre de un solo club
Este fin de semana colgó los botines Francesco Totti. El legendario capitán de la Roma es uno de los últimos íconos del fútbol mundial perteneciente a un grupo muy especial: el de los "one-club men" u hombres de un solo club.
Con 40 años y 25 de carrera, il capitano Totti nunca quiso irse del equipo que fue el gran amor de su vida. Y no es que no tuviera ofertas. Simplemente no estaba interesado en el dinero. Él mismo confesó que podría haberse ido a los 26 años cuando Real Madrid y Barcelona le hicieron enormes ofertas, pero prefirió quedarse en la Roma por amor. Muchos lo criticaron y el mismo Totti dijo que "nunca nadie más va a rechazar tanto dinero" y a clubes tan grandes, exigiendo respeto por una decisión que, él explicó, había hecho con el corazón.
En estos tiempos es muy difícil pensar en un jugador joven, con el talento, clase y liderazgo de Totti -y aún sin esos atributos-, que sea capaz de mantenerse en un solo club toda su vida. Los de su tipo, como Paolo Maldini, Ryan Giggs o Steven Gerrard, ya se han retirado. Si Messi termina su carrera en Barcelona, también pertenecerá al "club". Ahora todo lo que importa para juveniles y clubes es el dinero. Mientras más rápido, mejor. Sobre todo en Sudamérica. Da pena pensar en tantos chicos que a los 17 o 18 años debutan en el primer equipo y basta con que tengan sólo una buena temporada o un buen semestre para que los representantes los convenzan de presionar a los clubes para que acepten la primera oferta de un club europeo, usualmente chico, sin importar la madurez del jugador. Y es tanto lo que insisten en irse, sin pensar un solo segundo a largo plazo, que me pregunto si realmente aman el fútbol o si sólo lo usan como medio para conseguir dinero, autos y mujeres. Por eso la historia siempre se repite y sus promisorias carreras sólo se vuelven una colección internacional de minutos en la banca y de préstamos en ligas de menor nivel para luego volver al país, sin haber logrado nada. Y a veces, en esa vuelta larga, se dan cuenta del enorme error. Pero usualmente ya es demasiado tarde.
Por eso Francesco Totti es un ejemplo, porque sólo se enfocó en ser feliz jugando al fútbol en la Roma, sabiendo que el dinero, la fama, los grandes clubes y todo lo demás eran una consecuencia de hacer magistralmente lo que amaba. El sólo mostraba la inteligencia necesaria para darse el gusto de elegir.
Cecilia Lagos
"Con 40 años y 25 de carrera, il capitano Francesco Totti nunca quiso irse del equipo que fue el gran amor de su vida. Y no es que no tuviera ofertas. Simplemente no estaba interesado en el dinero"."
*Cecilia Lagos es periodista deportiva. Ha colaborado con medios como ESPN y el Daily Mirror y fue rostro de esa área en TVN.