"Cristo en el Arte 2017" III
El Liceo Experimental Artístico y la Universidad Católica del Norte agradecen la valiosa participación de los artistas.
En fotografía autoral: Angélica Araya y su tríptico de manos y pies en valores tonales. Ottorino Ovalle se detuvo en el rostro de Cristo. Ana Maria Castillo exhibe una cruz con imágenes de la Pasión. Sonia Cuevas y su metafísica visión del cementerio de Chacabuco.
Valores jóvenes asoman con obras convincentes: Anyel Araya, Darland Ardiles, Alejandra Stuardo, Rebeca Pérez, Jorge Mella y Daniela Agüero.
En pintura: Gricelda Muñiz, una cruz escalada por figuras humanas, de noche y en llamas. Raquel Guillier y su imagen de María, cobijando al Niño Jesús con un manto de serranías del desierto. Alberto Vargas, artesano y pintor, un nacimiento atacameño, una esculto-pintura identificado con la cultura Lican Antay. Rosario Ayoroa y su profunda religiosidad andina. Antonia Barros Gracia, la luz de la gruta del sepulcro vacío. Ana Castillo Atenas, pintura con sabor hispano. Isaías Castillo, su apasionada búsqueda del rostro de Cristo. Jorge Miranda, diseñador, nos recuerda que la Pasión también se vive en los campamentos de inmigrantes. Mirtha De la Vega, en su lenguaje de infancia espiritual, el Pan de Vida. Yasna Fertilio y Salvador Lauriani, en dibujos y collages, pequeñas joyas iconográficas. Mónica Jorquera Cox, una Transfiguración más sentida que ilustrada. Fabián Mayta diseñador digital, denunciando nuevas idolatrías. Germán Morales, la Mater y su Hijo, frutecida de color. Wilson Pastén, una acuarela sentida. Sergio Quispe y las 3 Marías, unidas por el mismo amor. Ivy Rojas afirmando su oficio de pintora. Juan Salva en un Cristo rotundo y expresionista. Maria Bernarda Valenzuela, buscando a Cristo en la geografía de su Rostro y la naturaleza. Rosario Valdivia en su entrañable lenguaje pictórico.
Los participantes fueron invitados a esta singular versión de "Cristo en el Arte, 2017", no solo por el Curador, sino además por Cristo, el protagonista de la exposición. El Curador solo fue un instrumento.
Waldo Valenzuela