Iniciando mayo, el Mar de Chile
El Mar de Chile es el arca sagrada de la Patria. ¿Cuántos mares caben en El Mar de Chile? Espejo vivísimo y vívido, transparenta, el lar que tutela. Y triunfan El Mar de Chile y sus mares:
El mar de Arica custodia la puerta de la Patria. Allí, la sombra del Morro se derrama, como copa de altitudes, sobre las poleas de rotundo discurso. Sus gaviotas blanquean la atmósfera del puerto.
Su Hermano el Mar de Iquique, resume el largo Mar de Chile. Es El Mar Matriz. Si nuestra Armada, nuestros marinos, lucen erguida osamenta moral, es por el sacrificio fecundo de Arturo Prat. Debieran ser rojas estas aguas. Y, sin embargo, pocas hay de tanta azulinidad.
El mar de Antofagasta fue saludado por don Augusto d'Halmar: la declaró el caleidoscopio más fascinante que él conociera en 27 años de vagabundear por el mundo. En nuestras mocedades líricas, aseguramos que, aquí, flotaba, solitaria, la brújula de Simbad.
Al mar de Coquimbo, nunca dejaremos de percibirlo, en la memoria, bajo una tarde sido soplo de tragedias.
Y de súbito: ¡el Mar de Valparaíso! ¡El Mar de "Pancho"!, ¡Redondel de lucha donde las bravezas rugen; mar cuyas noches contienen fantasmas de veleros y naufragios que murmuran sus dolores!
¿A qué huele el Mar de San Antonio? A corazón de pescadores. Y el Mar de Constitución trae al Maule de la mano, hasta zambullirlo su eternidad.
El Mar de Talcahuano rueda en quejumbres de arboladuras quebradas. El Mar de Niebla se distiende en herradura de sombras. Y el Mar de los Canales, donde la lidia de los cutters araña los peligros, donde los "loberos" vuelcan su corazón a ras de la aventura, es peinado por la fantasía chilota.
En medio de una S de azufre, corta las aguas el Barco Del Arte: el tremendo "Caleuche" raspa la noche y los espectros que lo tripulan juran por las estrellas, y cuando se les acaba el mar, siguen, aguerridos, navegando cielo arriba…, ¡en busca del Infierno!
Y en la soledad antártica, El Mar de Chile se dobla en abandonos, dándose de cabezazos contra el muro de los grandes misterios polares.
¡Chile es su Mar!
Andrés Sabella