Gabriela Mistral
La Conferencia Episcopal ha levantado su admiración por Gabriela Mistral, rezando por ella y recomendando a sus fieles la lectura de la escritora, por lo que su obra encierra en valores cristianos y por su "búsqueda de Dios", sin dejar fuera las cargas éticas y espirituales que se encuentran en sus poemas y ensayos.
Sabemos que la Mistral recibió en Antofagasta y, luego en Los Andes, ciertas influencias teosóficas, habiendo participado en la logia teosófica "Destellos" de esta última ciudad, según leemos en "Orfeo", en su edición extraordinaria de 1967, dedicada a Gabriela.
Cristo fue la pasión de sus días y sus cantos. Al entrevistarse con Su Santidad Pío XII, después de recibir el Premio Nóbel, le manifestó a éste su amor por Cristo; pero agregándole que en su fe se mezclaban sentimientos quechuas y mayas. Esta condición indígena que la enorgullecía, no la abandonó jamás.
Para nosotros, donde Gabriela extiende, espléndidamente, su fervor cristiano es en "Motivos de San Francisco", editado en 1966, con selección y prólogo de nuestro erudito compañero de lejanas tareas intelectuales en nuestra ciudad, César Díaz-Muñoz Cormatches. Los ``Motivos de San Francisco'' son los textos más notables y perfectos en la escritura en prosa de nuestra autora. Quien conoce el espíritu del Santo de Asís verá que Gabriela lo descubrió en toda su profundidad y que sus palabras, tan delicadas y precisas, reflejan ese enorme cariño y simpatía que le tenía a Francisco. En este texto, su prosa adquiere luminosidad cegadora, las soluciones poéticas se alzan en riqueza admirable de imágenes y la nobleza del pensamiento franciscano le concede a estos "Motivos" el derecho de ser el libro mayor de la Mistral, el que la contiene en majestad de ideas y lenguaje. Copiamos este solo párrafo para probarlo: "El agua es una especie de San Francisco del mundo; es su alegría y su levedad". Con tal hartura de belleza, transcurre esta exaltación religiosa, impar en el idioma español.
Andrés Sabella, 1989