APOSTOL DEL ALMA ¿HACIA DÓNDE VA NUESTRA HUMANIDAD?
Amigo Antonio, Misionero de la bondad y de los Milagros, mi teclado estaba inquieto, porque , mientras las noticias asomaban como un grito desgarrador y se multiplicaban en todos los medios de comunicación, anunciando incendio en las regiones del sur de nuestra Patria, sentí el recuerdo visionario de tus palabras de hace 36 años. Era 1981, cuando en una de tus tantas y magistrales intervenciones, señalabais al mundo: ¿Hacia dónde va nuestra Humanidad?
Es que cada día se suman dolores a nuestra amada Patria, a los terremotos y tsunamis de ayer, hoy el tricolor de nuestra bandera se tiñe de rojo y negro, entristece el copihue nacional y los cuerpos y las almas de tantos compatriotas viven su propio infierno. Es el horror de las llamaradas interminables, que recorren poblados y pueblos, sus habitantes, ecosistema, flora y fauna; pero, también el horror de la miseria del alma.
En medio de ello, recordé que Tú, Antonio, fuisteis Doctor Director, ad honorem de los Bomberos de ayer, y Director de la Cruz Roja de Chile. Recordé que por Ti, Antonio, Ciudadano de la bondad, nació en 1997 la Décima Compañía de Bomberos Antonio Rendic Ivanovic. Por ello, Santo de la Nobleza antofagastina, aunque hoy parece no cantar el campo, ni danzar el viento, o que las estrellas y los rostros de mi pueblo van a caer en la desesperanza, siempre, trascienden en el firmamento ellos: son los Héroes Eternos, los Bomberos, en miles de manos y aviones, que se dibujan en el cielo eterno y se confunden en una sola: la Solidaridad Nacional, civil y gubernamental, la ayuda Internacional y Mundial.
Sí, Antonio, ni la sinfonía más bella del Universo, la pintura, la plástica, la música o la profundidad de los versos, podrán reflejar con más fuerza el significado de la palabra Solidaridad y entonces nuestro amado suelo y sus gentes, nuevamente de pie cantando el himno de la esperanza. Allí ya no están dibujadas las imágenes del dolor, sino la grandeza del alma y las alas de sueños como símbolo abrazador, no de fuego, sino de mágica hermandad.
Pero Santo Pastor, en la alegría del resurgir, no puedo callar; porque lo que tantas veces reitero, la palabra y los versos no tienen sentido si no ennoblecen y dignifican al hombre; las metáforas no pueden callar tampoco la vileza del alma. Por ello, os pregunto hoy ¿Hacia dónde va la Humanidad? Es que, mientras el campesino octogenario no llora por su casa ni sus pertenencias, sino que sufre porque no tendrá sus "compañeras abejas en el panal"; mientras, tantos héroes anónimos salvan vidas; incluso la imagen de un perro vestido de humanidad salva un pequeño gatito, también está la cara oscura de los otros que siempre existen y se multiplican.
¿Cómo es posible, gentes que saquean los despojos a sus propios hermanos, gentes que incendian, falsos marinos impostores y ahora, un supuesto cartel del fuego, amparado por el comercio y cuándo las Políticas Públicas resguardarán el derecho a la vida y la dignidad humana?
¿Cómo Santo Pastor, en la meditación, disciplina y amor al prójimo, os liberasteis del engaño, desatasteis los nudos de la oscuridad, envidia y desesperanza, para alcanzar la dicha y claridad esencial? ¿Cómo os construisteis en verdadera montaña de sabiduría, para iluminar al desesperanzado? ¿Cómo no te dañaron los nubarrones de la soberbia y del poder?
Apóstol, Guía Sabio, hoy nuevamente juramento, como guerrero de la luz, del agua y del viento que, como Tú, quiero transitar por vida nueva, de canto nuevo, de esperanza nueva, sin las emociones negativas del orgullo, celos, deseos, ignorancia, codicias e ira. Quiero entrar a tu Reino de la Bondad, de la Verdad, de la Austeridad, para avanzar como hombre bueno, de educador y poeta, y que mi voz continúe eterna derramándose por los salares del norte, para gritar, parodiando a Antonio:
¡Humanidad Vayamos Juntos, Todos Juntos, hacia el Mundo de la Bondad, de la Honradez y la Dignidad!