La paralización de Escondida, pero mucho más la baja del precio del cobre y consecuencialmente la ralentización de numerosos proyectos mineros han tenido un impacto sobre la economía regional mucho más severo del que se pensaba.
En realidad, el fenómeno sólo explica el enorme impacto de la minería en este territorio y la fuerte dependencia que al mismo tiempo genera. El PIB de nuestra Región de Antofagasta debe explicarse en más de dos tercios directamente por esta industria.
Casos de este tipo hay muchos en el mundo. Centroamérica ganó y sufrió con los monocultivos, lo mismo que países africanos. Todo bien, mientras los precios fueran al alza y todo mal, si caían.
Ciertamente esto no es culpa directa de la minería, pero el mero ejercicio de una actividad tan potente bien termina dificultando la aparición de otras opciones, porque la minería es intensiva en mano de obra paga más y cuenta con un poder de organización desarrollado.
Lo anterior, obviamente se explica por las características y condiciones de la zona: este es un territorio minero, así lo ha sido y así continuará.
Sin embargo, mantener esta realidad no es buena para el territorio por los efectos que genera ésta y cualquier excesiva dependencia. Mucho más cuando existen otras potencialidades y opciones que podrían ser barajadas.
Antofagasta -como región- debe abrirse al conosur sudamericano, por ejemplo; no hay todavía un desarrollo pleno en este ámbito, lo que podría considerar aspectos comerciales y educacionales, entre otros. El turismo es otra ventana pendiente, salvo en el altiplano. La zona puede generar espacios de innovación en el borde costero y la pampa, por las condiciones únicas que se ofrecen. Y así con la energía, los servicios, la oferta de una plataforma logística, la astronomía y el desarrollo científico aplicado.
Mas, para que esto ocurra no podemos esperar la mera respuesta del sector privado. Esto requiere generar un plan consensuado que identifique las oportunidades y genere una carta de navegación para cumplir los objetivos. ¿Se puede? Claro que sí, pero hay que comenzar a soñar con cierta urgencia.