Taxibuses
Humoristas
Es cierto que a algunos no les gusta, pero los nuevos humoristas tienen derecho a trabajar y tendremos que cambiar las normas para que no se sientan censurados. A la Quinta sólo entrarán mayores de edad y el horario de protección al menor comenzará cuando termine la rutina humorística de la noche.
En la próxima versión del Festival, como se hizo en ésta, se seguirá cuidando el lenguaje: sólo palabras científicas, no tanto por los que son antigarabatos, sino para que los niños, especialmente los buenos alumnos en Educación Sexual, sepan de qué estamos hablando.
En el programa Grandes del Humor (no Chiquis del Humor) de Canal 13, las buenas rutinas de Bombo Fica, Álvaro Salas, Coco Legrand, etc., nos hacen reír en serio.
Colusión
De ser lo último, me parecería inaceptable, pues claramente los 7 mil pesos por persona no compensan en absoluto los 10 años de abuso, y es dable suponer que serán rápidamente recuperados a costa del bolsillo de las familias que siguen aparentemente pagando sobreprecios.
No basta compensar si el efecto de la colusión, esto es, el alto precio de un servicio o producto se mantiene en el tiempo. Lo real, concreto y permanente que espera la ciudadanía es la baja de precios, cosa que hasta hoy, no ha pasado.
Huelguistas
No señores, así no se gana el dinero. En lo personal es una vergüenza su forma de actuar. Qué pasaría si yo estaciono mi vehículo al frente de sus puertas e impido su desplazamiento como Uds. lo están haciendo? Llamarían a los mismos carabineros que ahora apedrean. ¿O no?
¿Cuántas veces hemos ido al médico y nos han citado a una hora, y nos han recalcado "golpeadito", que "se atiende por orden de llegada"? Por ejemplo, nos citan a las 9 horas, si el doctor no tiene una "urgencia" o "está operando" llegará a la hora que más le acomode y atenderá a los pacientes que quiera. Eso si es que llega, porque se da muchas veces que el doctor simplemente no aparece.
Ahí es cuando uno empieza a entender por qué nos llaman "pacientes", porque si no lo fuéramos, las reacciones contra la secretaria y el doctor serían de todos los calibres imaginables. Pero normalmente nadie reclama y esperamos dos, tres, cuatro y hasta cinco horas para que nos mal atiendan, porque a los últimos, con suerte, el doctor le hace algunas preguntas, le entrega una receta y esos sería todo; eso cuando no le dicen "va a tener que volver mañana, si es que tenemos hora, porque es muy tarde y el doctor ya no atiende más".
¡Qué falta de respeto, señor Director! Lo peor es que nadie, o casi nadie, reclama, por el temor de que mañana puede estar en una camilla expuesto a lo que decida ese mismo doctor. Y no conozco excepciones. Si las hay, sería bueno saberlo y tener la certeza de que si ese doctor excepcional lo cita a las 9, será atendido a las 9, como ocurre en Santiago. El sentimiento final que nos queda ante esta situación es que nos encontramos en la más absoluta indefensión y expuesto a los caprichos de un profesional y su secretaria, que, aparentemente, piensan que el resto no somos merecedores del respeto y consideración que esta relación médico-paciente debiera tener.
Rafael Mella Hernández
Con todo respeto, deja bastante que desear la presencia de los choferes de los taxibuses. Hoy sólo les falta andar con "condoritos".
Amílcar Abarzúa
En el pasado Festival de Viña, la juventud de algunos humoristas les permite mantenerse mucho rato hablando de la cintura para abajo, sin quedar adoloridos de la columna. Este tipo de humor me pone nostálgico porque en los días de mi infancia nos reíamos mucho de esas cosas.
José Luis Hernández Vidal
Sería importante dilucidar de dónde salen los 97 mil 647 millones de pesos traspasados a BancoEstado para restituir a los consumidores por la colusión del papel higiénico, si es desde el patrimonio de la empresa responsable, o son meramente un préstamo pagado por los mismos consumidores a través de una operación contable de suma y resta de las utilidades generadas de la venta a precios que, curiosamente, no bajaron sustantivamente tras el destape del ilícito.
Bernardo Berger Fett
Hace unos días no me equivoqué al reclamar por destrozos y daños a propiedad pública que provocarían delincuentes encapuchados, presagiando lo que venía. Y también con la osadía de apedrear a nuestros carabineros. ¿Y por qué? Por el dinero mal llamado bono de término de conflicto.
Erick González G.