El nuevo plan de movilidad impulsado por el Ministerio de Transportes supone una ambiciosa apuesta para descongestionar el tránsito vehicular en el sector centro, desarrollando una serie de medidas a largo plazo y atendiendo las especiales condiciones geográficas de la ciudad.
El objetivo de la iniciativa apunta a desincentivar el uso de vehículos particulares, aprovechar de mejor manera el transporte público y potenciar el uso de la bicicleta como medio rápido, eficaz y saludable. Esto último sustentado en la actual red de ciclovías.
El programa fue presentado en Antofagasta por el subsecretario Carlos Melo y engloba una serie de iniciativas que deben implementarse hasta el 2030. Las más costosas son los llamados corredores de buses, que serán cuatro y conectarán el centro con los principales núcleos urbanos. A ello se suma el cambio de sentido de algunas calles y mejores conexiones de las arterias del centro.
La idea de por sí es interesante y entrega luces de una necesidad urbana, pero también deja varias interrogantes dando vueltas sobre la implementación de algunas medidas que requieren de ajustes y también una buena dosis de perseverancia en el tiempo.
Por el momento, este plan prácticamente sepulta el proyecto del metrocable y el tranvía, iniciativas que en un momento fueron emblemáticas debido a la falta de vías estructurantes y que además quedaron postergadas debido a su alto valor.
Para el éxito de este plan, resulta clave un mayor protagonismo del transporte público, tanto en la optimización de sus recorridos, máquinas de mejores estándares como un servicio acorde a las exigencias, a fin de ser una opción real de medio de transporte para los antofagastinos.
En el caso de la bicicleta, es una apuesta a futuro y que requiere de paciencia. Las actuales ciclovías apuntan en la dirección para crear una nueva mentalidad en materia vial.
La congestión vehicular en el centro no resiste mayor análisis, de ahí la imperiosa necesidad de afrontar esta compleja realidad y este plan va en el camino correcto.