Conexiones ilegales: un riesgo latente
Llama la atención que el tema despierte poco interés entre las autoridades. Una rotura de matriz puede ocasionar un aluvión con consecuencias impensadas. Detrás del riesgo expuesto por la sanitaria, hay un problema social que es necesario conversar entre todos los involucrados. No esperemos que ocurra una tragedia para hacer algo.
Hace pocos días, la sanitaria local realizó una advertencia clara y precisa sobre el riesgo que presentan las innumerables conexiones ilegales de agua potable en los campamentos ubicados en los faldeos de los cerros de Antofagasta.
El tema, sin caer en ningún tipo de exageración, es grave y requiere de una mirada crítica por parte de las diferentes autoridades involucradas en el ámbito de la seguridad y emergencias. De producirse una rotura de matriz, esta situación puede derivar en un aluvión con consecuencias difíciles de predecir.
Estos ductos son alimentadores principales de la red de agua y su contenido es transportado a gran presión por estas enormes cañerías, algunas con más de 5 kilómetros de extensión por todo el cordón de la cordillera de la Costa.
Una eventual rotura o desperfecto puede poner en peligro la vida tanto de los pobladores de las tomas como de los propios vecinos de las diversas poblaciones en la parte baja de los cerros, sin contar un masivo desabastecimiento del vital elemento en la ciudad. La pendiente es un riesgo potencial, y eso lo sabemos de sobra los antofagastinos tras el mortal aluvión de 1991.
Sin embargo, llama la atención que pese a la magnitud del problema y los permanentes llamados de atención de Aguas Antofagasta, el asunto no ha levantado voces críticas, salvo la preocupación de los vecinos y algunas opiniones más de buena voluntad que de acciones efectivas en el lugar. La posición más clara corresponde a la diputada Marcelo Hernando, quien viene advirtiendo desde hace tiempo de este riesgo, además de denunciar la presencia de pozos negros y grises en terrenos que no son compactos.
Toda esta situación redunda en un evidente clima de tensión entre los vecinos y los pobladores de las tomas, que ha terminado en más de una ocasión con la intervención de la fuerza pública para evitar los "pinchazos" en la red del agua potable.
Por cierto, este riesgo está asociado a un problema social, por lo que es necesario que las autoridades de gobierno, comunales, vecinos y la empresa sanitaria se reúnan a fin de conversar el tema y buscar soluciones.
No esperemos que ocurra una tragedia para hacer algo.